23.

7.1K 712 14
                                    

Tengo demasiada información por procesar, el problema es no dispongo de tiempo, he hablado con Belfegor, mientras el parte en busca del Cayado de Dios, yo vuelvo a la Manada, necesito hablar con mi padre, si hay una guerra en ciernes, todos debemos de estar preparados.

También deberemos elegir un bando, una guerra entre el cielo y el infierno, llevará mucha muerte y destrucción, apenas estamos empezando a recuperarnos de la anterior guerra y estamos a puertas de la siguiente.

Necesito reunir al consejo, no creo que vaya a resultar fácil convencerlos de luchar al lado de Belfegor. Les ha causado demasiado daño. Han sido muchos años de pérdidas y sufrimientos. Espero que con la ayuda de papá apoyen al bando de Belfegor.

Traigo compañía, no he podido convencer a Belfegor, al final nos acompañan sus hombres de confianza, suman un total de cuatro. Espero que papá lo tome bien, sino pues se tendra que aguantar. Es lo que hay!

Papá, está loco de contento no deja ni un minuto a Heba, ella le pone hasta sonrisas, es tan pequeña que no debería hacer esas cosas. Pero al ser especial, cualquier cosa cabe esperar.

Me llevo a papá, me cuesta un montón despergarlo del lado de Heba, mamá ha tenido que intervenir. Si no fuera por ella, es la única que puede controlar a este hombre.

- Papá, siéntate tenemos algo muy importante que discutir. Le digo a mi padre muy seria. La ocasión lo requiere.

- Está bien, debe de ser algo importante, noto en tu mirada el temor. Dime qué es lo que te preocupa Helena.

- Papá, se que lo que te voy a decir te va a resultar extraño, quizás hasta inverosímil, pero solo te pido que mantengas la mente abierta y sobretodo confíes en mi, prometemelo?

Papá asiente, este es el momento de contarle todo, voy a ser sincera no voy a omitir ningún detalle. Minutos después mi padre está de pie, su semblante no predice nada bueno.

- Helena, convencer al consejo no va resultar fácil, si no logro conseguirlo, mi Manada, tu Manada te apoyará a muerte. Nadie, ningún ser, ya sea humano o sobrenatural se atrevera tocar un pelo de mi niña. Está vez aunque me cueste la muerte, protegeré a Heba con mi vida. Nadie volverá a tocar, ni a dañar a alguien de mi sangre.

Llevamos una semana aqui, aún no hay señales de Belfegor, el cielo últimamente está muy extraño, siempre está cubierto, las nubes antes blancas han perdido su color han tornado a rojizo. Rayos cruzan el cielo y truenos retumban en la inmensidad del horizonte.

Algo malo se acerca, lo presiento. No puedo dejar de preocuparme por Belfegor, además sus hombres no portan buenas noticias, parece que se está montado una rebelión. Las malas noticias nunca pueden venir solas.

- Helena entra en casa, se avecina tormenta. Dice papa pasando su brazo sobre mi cuello.

- Llevamos esperando la tormenta una semana, no creo que sea una simple tormenta y creo que tú también lo sabes!

Los dos nos quedamos en silencio un rato, solo miramos el firmamento.

- Papá, Belfegor me dijo que su Dios es nuestra diosa Luna y todos los dioses de las distintas religiones del mundo. Son el mismo, solo cambia el aspecto y el nombre pero la esencia no, eso es verdad?

- Bueno muy seguro no estoy, a mí me enseñaron que hay dioses que habitan en otros planos existenciales, puede ser que su Dios habite en este plano y la diosa Luna habite en otro paralelo. Pero eso es algo que tendríamos que averiguar.

- Quizás Belfegor pueda algún día preguntarle a su Dios? Igual el nos podría sacar de dudas, nosotros no sabemos ni siquiera cómo contactar con la diosa.

- Demasiadas preguntas, llenan esa cabecita, siempre fuiste una niña muy curiosa Helena.

- Papá, ya crecí y ahora soy madre...

- No me lo recuerdes! Primero te casas con el rey de los demonios, que resulta ser un ángel caído, después de eso me dices que igual recupera sus alas y vuelve a ser un ángel.. esto es muy complicado. Ni si quiera me acostumbro a tener a esos seres todo el día aquí pegados a ti y a Heba.

- Papá ya lo hemos hablado, son protección para tu nieta.

El emite un gruñido y hace una mueca.

- Papá, Heba comió hace un rato que tal si sacamos a nuestros lobos y bordeamos los límites de la manada?

- Está bien, pero una vuelta rápida, no quiero perderme cuando despierte.

Al abuelo se le cae la baba! No lo puede evitar...

Las hojas del calendario siguen cayendo mañana hará quince días que estamos aquí y no sabemos nada de él. Las noticias que nos llegan del inframundo no parecen ser muy alagueñas.

También hay demasiada tensión allí abajo, he pensado ir con Heba y calmar los ánimos, pero papá me lo ha impedido, solo seríamos un blanco fácil, Heba aún es demasiado pequeña no podría reclamar el trono de su padre y yo... Simplemente soy la consorte del rey. Eso es todo.

Papá hoy se reúne con el consejo, me ha pedido que lo acompañe, de momento tengo que quedarme fuera. Hubiera preferido acompañarlo pero las reglas son para cumplirlas. Ni siquiera papá que es el miembro más antiguo del consejo se las puede saltar.

Escucho voces, unas intentan sobresalir sobre las demás, no puedo evitar ponerme nerviosa. Creo que nadie nos va apoyar...
La puerta se abre, un señor muy amable me invita a pasar. Me dirijo por un pasillo que atraviesa la sala. Todas las miradas están puestas en mi.

- Helena, hija de Uzziel, futura Alfa y reina del inframundo. Suba al atril y exponga la situación de la que su padre ya nos ha hecho participes.

No creo que fueran necesarios tantos títulos, ni siquiera la presentación, esa también sobraba, todos aquí me conocen, la mayoría me ha visto crecer. Pero en fin, nunca entendere el protocolo.

Mi padre me dedica una sonrisa, eso me hace coger fuerzas, cojo aire y comienzo mi discurso.

- Señores, señoras del gran Consejo de Bestias me hayo aquí, una vez más para pedir su ayuda, sabiendo que es muy difícil de aceptar, lo que de antemano me propongo a pedirles. Una gran guerra está apunto de desatarse, el cielo y el infierno se preparan para la guerra... Señores nosotros estamos en medio, cuál creen que va a ser el campo de batalla? Pues yo si lo se, la Tierra! Entiendo que estén reacios a apoyar mi causa, se que desconfían de Belfegor, yo misma lo haría.. pero no les pido que confíen en él. Les pido que confíen en mi... Se que es difícil de creer todo lo que les ha contado mi padre, pero por mi vida les juro que es verdad todo lo que han escuchado.
No disponemos de mucho tiempo, la guerra se avecina, acaso no han visto el cielo los últimos días?

Gritos de asombro se escuchan en la sala, también murmullos, creo que es hora de retirarme del atril, mi alegato está expuesto, solo queda esperar la votación. En la que yo tampoco puedo estar.

Espero a papá fuera de la sala, las puertas se abren, todo tipo de seres comienzan a salir y abandonar el edificio, ya está! la suerte está echada. Minutos después aparece papá, no consigo adivinar si trae buenas o malas noticias. Su expresión es la de siempre.

- Helena, mi amor, lo has conseguido, les ha dado una lección de humildad, no a sido fácil, los votos en contra pesaban pero al final conseguimos que el si se alzará por tan solo un voto. Nunca en mi vida vi una votación tan igualada. Aún así, si hay guerra todos pondrán sus tropas y apoyarán a tu bando. Tú los dirigiras, ellos no aceptarán órdenes de Belfegor.

- Yo comandante de todos los ejércitos? Es mucha responsabilidad, pero lo haré por el bien de mi hija y el bienestar de mi esposo.

Al fin de al cabo somos una familia.

Alfa HelenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora