22.

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Capítulo 🔥🌡️

Narra Belfegor

Llevo todo el día pensando, dónde estará el escondido el cayado de Dios. Si no recuerdo mal ese cayado contenía demásiado poder, solo una persona elegida por Dios podría sostenerlo sin desintegrarse antes.

Me he quedado con Heba, Helena iba con sus nuevas amigas y está vez he preferido que no se lleve al bebé, quiero que disfrute de un rato de amistad, o de lo que sea que haga con las demás hembras.

He tenido que salir del Inframundo y comprar te y galletas, si mis hermanos me vieran hacer esto perdería todo si respeto. Yo sometido por una mujer! Simplemente es algo inconveniente, pero es cierto que no hay nada que le pueda negar

He descubierto que mi pequeña tiene la parte demoníaca, solo esperaba que no saliera a la luz tan pronto. La he alimentado con mi propia sangre, con ella debería estar saciada al menos un mes.

Pero con Heba es todo nuevo, así que no se cualquier cosa podría suceder.

Helena se sube sobre mi regazo, comienza a restregarse sobre mi miembro, estoy gratamente sorprendido la verdad. Desde cuándo mi mujer a sido tan atrevida? No me apetece pensarlo demasiado solo quiero disfrutar del placer que me ofrece.

Besos húmedos recorren mi cuello,leves mordiscos sobre los lóbulos de mis orejas, me encanta como ha tomado hoy la iniciativa, pero es el momento que le quite el control...

Me aleja y mi cuerpo hierve por la excitación y la ira, me pregunta cosas que no puedo contestar. Por lo menos ahora no!  Lo ha dejado claro o le cuento o se marcha a otra habitación, nunca la forzaría, pero tampoco me puede dejar así, he juzgado a mi mujercita demasiado rápido, es muy lista y sabe jugar bien sus cartas.

- Está bien, te lo contaré pero ahora no, será después, ahora lo primero es lo primero.. digo para después rasgar su blusa de un solo tirón. Su piel descubierta, me hace perder la razón, me pierdo en la suavidad de su piel, en su aroma...

Beso su cuello, me sacio de él, los besos avanzan, se centran en sus pechos, ahora grandes y repletos de leche, lamo sus pezones ahora duros por la excitacion, los chupo y los succiono, probando el néctar que me ofrecen..

De su boca salen gemidos, eso no hace otra cosa que aumentar mi excitación, quiero mi ropa sin dejar de acariciar su cuerpo, para después dejarla a ella totalmente desnuda, bajo mi cuerpo.

Bajo una de mis manos hasta su sexo, lo acaricio, noto como se estremece y pierde el control, está apunto de alcanzar si climax.

- Mírame a los ojos Helena! Le digo en tono firme, ella obecede de un momento a otro, siento como ella alcanza la cima de su placer.

No puedo darle tiempo de recuperación, al menos no ahora, acerco mi miembro a su entrada y la penetró de una sola estocada, acelero mis embestidas, siendo cada vez mas duras, noto como arquea la espalda, su respiración cambia, sus uñas rastrillan mi espalda..Tres embestidas después ella se sume en nuevo climax, más profundo y placentero.

Mis sentidos se nublan en cada una de las embestidas que preceden su climax, para momentos después llevarme a mi a la cima del placer. Llenando su cuerpo de mi. Oleada, tras oleada de placer, un placer que solo me aporta ella, mi Helena.

Si mi, porque ella es mía. Me separó de ella y me tumbo a su lado, acaricio su pelo, hasta que ella se queda dormida. Me permito dormir un poco a su lado. Ella me tranquiliza me transmite paz.

" Estoy en una playa, veo el mar, camino por la orilla, el agua está turbia, cosa que me extraña, miro hacía el mar, veo como Miles de peces flotan sobre el agua, levanto la mirada y el cielo está en llamás. Una guerra se está librando...

Al fondo veo aquella gran montaña.."

Despierto otra vez de golpe, me levanto y voy al baño, me refresco y me visto. Ya se donde tengo que ir.

Ese era el mar Muerto y al fondo el Monte Sinai. Allí debe de estar el callado, porque no lo pensé antes..

- Me vas a explicar de una vez todo lo que está pasando. Dice una Helena enfadada.

- Ven sientate, esto no es fácil para mí. Nunca antes había hablado con nadie sobre lo que ocurrió aquel maldito día...

Le explicó cómo fui expulsado del paraíso, como mis alas fueron cortadas,como hice una coalición con otros ángeles para tomar el poder. Le abro mi corazón por primera vez en mi vida..

Veo como ella me mira, pero no veo compasión en sus ojos, lo que me encuentro en ellos es compresión. No quería decirle nada porque no quería que sintiera lastima por mi, estaba equivocado ella es tan diferente, simplemente ella es para mí. Es la indicada.

Continuó con mi relato, le cuento mi experiencia con Dios, todo lo que el me dijo, lo del Cayado, lo de Heba, al fin se lo cuento todo, un peso cae de mis hombros, me siento liberado.

- Tu podrías reconocer a otros ángeles y a los Arcángeles? Dice Helena sujetando una de mis manos.

- Ha pasado mucho tiempo, pero supongo que sí, cada vez que uno estaba cerca escuchábamos con leve tintineo. Ella me muestra su cuaderno, veo como ella también ha estado investigando. Es muy buena con sus datos creo que podremos localizarlos pronto.

Podremos saber lo que pasa, solo necesito capturar con vida a uno de ellos, si lo consigo lo demás vendrá solo. Pero antes tengo que ir a buscar el Cayado. Mañana partire en su búsqueda.

- Cómo pensar que los buenos no son tan buenos y los malos no son tan malos?

- Es simple Helena, cuando solo tienes una versión de los hechos, no vas a buscar nada más, te quedas con lo más fácil. Es más sencillo para ellos. Si todo el mundo se enfoca en que la maldad está aquí abajo, nadie mirara nunca hacia arriba.

- Tienes razón, entones tu Dios está sumido en un profundo sueño? Pregunta Helena confundida.

- Helena, también es tu Dios y el de todas las religiones, cada uno lo llama de una manera o lo ve de otra diferente. Pero en esencia es el mismo. Y respondiendo a tu pregunta, la respuesta es si, creo que los Arcángeles le hicieron algo. Aunque todavía no sé el qué?

- Le diras a tu hermanos? Vuelve a preguntar ella.

- No, no confío en ellos, ellos están corrompidos la mayoría recibieron un castigo justo al ser expulsados del paraíso. Otros en cambio..

Ya no quiero seguir con eso, por primera vez siento que con ella estoy seguro, que me comprende y no me juzga. La miro a los ojos, ella sonríe.

- Te amo, digo sin poder evitarlo.

- Yo también te amo, dice para después abrazarme y fundirnos en un beso dulce. Es la primera vez que doy un beso así, ni siquiera sé si lo estoy haciendo bien.

He roto mis barreras, ahora puedo decir que le he abierto mi corazón. Ya no hay vuelta atrás ella ha conseguido desterrar el odio, me ha hecho recordar el ángel que una vez fui y quizás vuelva recuperar mis alas..








Por fin se dejaron de tonterías! y se dijeron te amo.
Se avecina tormenta!! La paz y la tranquilidad qué tanto anhela Helena parece que no va a llegar al menos por el momento...

Y ya no digo más, que les cuento todo! Nos vemos en el próximo capítulo.

💋💋

Alfa HelenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora