Alfa Helena

27. Parte 2.

Narra Belfegor

Nunca pensé enfrentarme de nuevo a ellos, esos que un día fueron mis hermanos, echo un último vistazo veo a mi lobita preparada para luchar. Le ruego a Dios que le de valor y sobre todo la proteja.

Los siete puros contra los siete pecados capitales, así es como ellos nos llaman,  vienen a limpiar el pecado del mundo. No pueden andar más equivocados, cuando ellos en su arrogancia, en su envidia, no son mucho mejores que nosotros.

Me hubiera gustado enfrentarme a Miguel pero eso es algo que de antemano tenía perdido, Lucifer nunca lo hubiera permitido, también fui yo, el que lo instigue contra él..

La lucha está muy igualada, nuestras fuerzas están casi parejas, la única diferencia son las alas, esas que él  nos quito con su espada. Maldito Miguel...

Me he despistado, eso nunca me había ocurrido, he querido saber cómo estaba Helena y esa es y a sido mi mayor debilidad. Estoy en el suelo, igual este es mi final, miró a los ojos de Sariel, ese que un día fue mi confidente, mi amigo pero se olvidó de mi, me aparto de su lado y ni siquiera me defendió sabiendo que yo no era culpable.

- Te perdono hermano, digo mientras acerco el Cayado a su pecho, instantes después ya no está! su cuerpo se ha reducido a un simple puñado de cenizas. Ya no queda nada, un dolor punzante se clava en mi pecho y una lágrima resbala sobre mi cara.

Flashback

- Sariel, sabes que te voy a llamar el ángel de la muerte”.

- No me gusta ese apodo. Belfegor.

- Ya pero tú cometido es ese. Le digo sonriendo.

El es uno de los vigilantes eternos en la tierra que corrobora las acciones impuras de los seres humanos; determina el paso de aquellas almas que en vida cumplieron las leyes de Dios, mientras que mantiene en custodia las almas que negaron su responsabilidad en la tierra.

Siempre usa una vestimenta de un color muy ocre, a veces en tonalidades violetas o vino tinto tenue.

Lleva consigo un pergamino o libro en el que lleva transcrito los nombres de todas aquellas personas que han incumplido la voluntad de Dios en vida, nombres que quedarán grabados hasta el día del ascenso en donde serán juzgados por sus acciones cometidas en la tierra.

Yo siempre le digo que si no le gusta su trabajo quizás debería ser escritor, está muy gracioso siempre con el pergamino en su mano.

Es un ser justo de apariencia calmada e indiferente. Su forma de demostrar compasión ante las malas acciones es casi imposible; solo el cambio estando en vida es lo que hará a Sariel tomar la decisión final en el escrito, en el libro.

Es muy estricto quizás demásiado, debería bajar un poco el nivel, los seres humanos son buenos en esencia, el problema es que son fáciles de manipular y corromper.
Hace poco descubrí algo que él me niega, pero yo sé que es cierto.

A veces aparece con un rayo de luz, blanco o dorado, con el cual ayuda a los seres humanos a rectificar sus errores cometidos, otorgar fuerza de voluntad y resiliencia.

Fin del Flashback.

Igual Dios se apiade de él, nunca se puede saber lo que puede pasar por la mente del creador.

Me levanto veo a Miguel acercarse con rabia, cojo mi Cayado y hago un movimiento en el aire, he cortado sus alas, ya mi venganza está cumplida, ahora no es mejor que yo. Ya nunca más. Eso se acabó.

Ya está todo echo, no necesito más el Cayado, lo levanto hacia el cielo. Y lo ofrezco con humildad.

- Padre, creador, te devuelvo tu Cayado, es la hora de que despiertes de tu letargo, has dormido demasiado ya es hora de que salgas de ese eterno sueño.

Un pitido llena el campo de batalla, veo a los demonios caer de rodillas, también lo hacen los seres sobrenaturales, es el grito de Dios, sus oídos no están preparados para escuchar su voz. El campo de batalla se ilumina, todo es resplandor, no consigo ver nada.

Abro mis ojos cuando por fin comprendo que la intensidad de la luz ha bajado. Miró perplejo el entorno, mis ojos no creen lo que ven, estoy de nuevo en el paraíso, el Creador está sentado en su trono, los ángeles están encadenados a su derecha, mis seis hermanos están a su izquierda y yo estoy en el centro.

Todos guardamos silencio. Esperando escuchar lo que tiene que decir.

- Nunca pensé, que ustedes me pagarían así todo el amor que les di? Dice el creador mirando a los ángeles en tono de reproche.
Continúa:

- Los juzgaré uno por uno, no quiero que suceda lo de la ultima vez. No se el tiempo que pasa, quizás demásiado. Miguel ahora sin alas y los demás arcángeles serán desterrados del paraíso, se convertirán en simples humanos, eso es lo que ellos más detestaban.

Y el creador los ha convertido en seres humanos, humanos frágiles, sin poder, ni inmortalidad. No borrará sus recuerdos, quiere que pasen el resto de sus vidas, recordando lo que una vez fueron y nunca más serán.

Un grupo de ángeles de rango inferior, correrá la misma suerte serán enviados a la Tierra, en cambio los demás han sido perdonados.

- Lucifer, Mammón, Leviatán, Belcebú, Satanás, Asmodeo, vuestros actos no son puros, agradezco vuestra lucha pero vuestros corazones dejaron de albergar amor  hace demasiado tiempo. Les ofrezco volver a su vida, la que ya tenían o empezar de nuevo como simples humanos. Les dice en tono compresivo.

- Devuelvemos al Inframundo, dice Lucifer en nombre de todos. El creador los envuelve en luz y de un momento a otro desaparecen.

El creador se acerca a mí, pone su mano sobre mi hombro, veo mis alas crecer de nuevo, esas alas que tanto echaba de menos.

- Belfegor te devuelvo lo que nunca debí de quitarte, te devuelvo tu sitio en el paraíso y te ofrezco el puesto de Miguel. No hay nadie mejor que tú para ese puesto. Dice el creador sonriendo.

- Si me quedo contigo, que pasará con Helena y con Heba? Le digo preocupado.

- Nada, yo no las dañaría jamás, ellas te olvidarán y tendrían una vida sin ti. La niña será muy importante en el futuro es la única capaz de unir el cielo y el infierno.

Es una decisión muy importante, me quedo con el Creador? eso es lo que siempre había deseado, volver a mi sitio, a mi hogar..
Pero Helena y Heba, simplemente no puedo olvidar que pasaron por mi vida son parte de mi.

- Piénsalo, pero no demasiado, llevas aquí diez días del mundo humano. Recuerda que aquí el tiempo corre de manera diferente.