Capítulo 5 Somos la noche.

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Te he estado buscando…

Esa voz…

Te he estado buscando…

No puede ser…

Te he estado buscando…

Es la voz que me habla en sueños y la tengo delante, no puede ser…

Te he estado buscando…

Huye.

Tememos aquello que no entendemos, huimos de lo que no comprendemos, y yo no iba a ser diferente. No había una razón comprensible por la que esa misteriosa mujer, salida de las sombras, dijera las mismas palabras y fuera dueña de la voz con la que soñaba, pero el escalofrío por mi columna me decía que así era.

Me miraba como si de verdad me estuviera esperando, como si anhelara encontrarme, y su sonrisa de satisfacción decía que así era, pero yo no la conocía, no la había visto jamás. ¿Cómo podría olvidar a semejante mujer?

No, piensa, busca una razón lógica…

Apreté el puño de la mano que no me agarraba estrujando lo que tenía en ella.

El dinero...Tiene que ser eso, me estaba buscando porque la he robado…

-Tengo sed, ¿me invitas con mi dinero?- preguntó sin dejar de sonreír.

Mierda…

Me dí la vuelta e intenté zafarme, pero ella no sólo no me soltó sino que me atrajo más hacia ella.

-No por favor, puedes quedártelo, tómalo como un pago para poder mirar esos maravillosos ojos.- Estábamos tan cerca que no sabía dónde terminaba mi respiración y dónde empezaba la suya.

No pude decir nada, las palabras no me salían, me sentía tan estúpida…Sólo acerté a mover afirmativamente la cabeza. Su sonrisa se amplió, y como una simple rama que es arrastrada por la arrolladora corriente, me dejé llevar hasta la barra por esa diosa.

Sus movimientos eran tan elegantes y fluidos que no me quería imaginar cómo me vería a su lado. Llegamos a la barra y nos sentamos, me sorprendió que el camarero no dudó en dejar a los clientes a los que estaba atendiendo para dirigirse a ella, era el mismo camarero con el que había ligado Peter. La diosa, sin apartar la mirada de mí levantó dos dedos y el camarero rápidamente dejó frente a nosotras dos bebidas con un líquido rosáceo y una fresa dentro. 

Si que tiene que ser importante…

Miré al camarero y este me devolvió una mirada de ¿pena? Su mirada iba de la salida a mi y de vuelta a la salida. No había que tener muchas luces para deducir lo que intentaba decirme.

¿Entonces por qué no huyes?

Un suave roce en mi mano devolvió mi atención a la diosa, estaba sentada con las piernas cruzadas en mi dirección, se había acercado más a mi. Di un trago a la bebida para ocultar mis nervios. Estaba delicioso, ¿qué bebida sería?

-¿Dónde están tus amigos?- 

-¿Qué amigos?- intentando que no me temblara la voz.

-A tu edad nadie sale sin su pandilla.- dijo mientras acariciaba el filo de su copa sin quitar sus ojos de mí.

-Hago carrera en solitario.- Bien Ellie, vas espabilando.

-Cuando no quieres ser como los demás tienes dos opciones: fracasar en su mundo o crear un mundo propio.

-Es fácil decir eso con dinero que te respalde.

-Solamente valor.- tenía tal determinación en su mirada.

Somos la noche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora