Capítulo 31 Punto Muerto

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Ellie permaneció en silencio mientras Lena bebía de la cerveza. El ambiente entre ellas había cambiado, se sentía más cálido, más íntimo, como si la noche se hubiera transformado en un refugio para ambas. La luz suave del jardín iluminaba a Lena, quien, después de un suspiro profundo, dejó caer sus palabras con una suavidad cargada de cicatrices.

-Perdí a mi madre cuando era muy niña -dijo Lena, su voz temblando ligeramente al revivir ese dolor-. No recuerdo mucho de ella, solo que siempre me hacía sentir segura, como si nada malo pudiera pasarme mientras ella estaba cerca. Pero un día, simplemente... no volvió a casa. Me dijeron que había muerto, que fue asesinada. Nunca encontraron al culpable. Es como si se hubiera desvanecido de la faz de la tierra.

Ellie sintió el dolor de Lena como si fuera el suyo propio, una punzada que atravesaba su pecho. Un deseo invisible, casi instintivo, la hizo querer borrar ese sufrimiento, pero sabía que el pasado era una sombra que no podía desvanecer con palabras. Así que se quedó allí, a su lado, una presencia silenciosa, ofreciendo la única cosa que podía: escuchar.

-Después de eso, mi padre se hizo cargo de mí -continuó Lena, sus ojos vagando por el oscuro jardín, como si pudiera ver su pasado desplegarse ante ella-. Era un hombre serio, pero cariñoso a su manera. Hizo todo lo posible para que yo tuviera una vida lo más normal posible, pero la pérdida de mi madre siempre nos persiguió. Él nunca habló mucho de ella, creo que le dolía demasiado. Hace unos años, también lo perdí... de cáncer.

La voz de Lena se endureció al mencionar a su padre, y Ellie sintió la densidad de esas pérdidas, acumuladas como un peso que Lena había aprendido a cargar. Lentamente, casi sin pensarlo, Ellie deslizó su mano hasta la de Lena. El contacto fue tenue, pero cargado de consuelo. Lena levantó la mirada, sorprendida, pero no apartó su mano. En sus ojos, Ellie vio algo más que agradecimiento; vio un alma agotada que, por un instante, descansaba en el calor de ese gesto simple.

Lena también conoce el vacío que deja perder a tus padres.

-Había otra persona importante en mi vida -añadió Lena después de un momento de silencio-. Mi tío. Era el hermano de mi madre. Un hombre fuerte, solitario, de esos que han visto demasiadas cosas malas en el mundo y les ha dejado una marca. Me cuidó cuando mi padre estaba demasiado abatido por la pérdida para hacerlo. Me enseñó a ser fuerte, a no depender de nadie. A veces, creo que es él quien me convirtió en lo que soy hoy... aunque nunca quiso que siguiera sus pasos.

Lena omitió deliberadamente la ocupación de su tío, no quería que Ellie se asustara o desconfiara de ella y romper esa confianza que se estaba ganando.

Ellie se percató de la admiración y respeto que Lena sentía por su tío, y también de la sombra que pasaba por sus ojos al mencionarlo. Había algo en la forma en que Lena hablaba de él, algo que Ellie no podía identificar del todo, pero que intuía que era importante.

Lena apartó la vista hacia el cielo, tomando un trago de su cerveza antes de continuar:

-Decidí ser policía por mi madre. Quería evitar que otras personas vivieran lo que nosotros vivimos. Quería respuestas, darle justicia. Pero la verdad es que nunca encontré al culpable, y a veces siento que he estado persiguiendo fantasmas toda mi vida.

Ellie sintió un profundo respeto por Lena en ese momento. La fortaleza que demostraba, la determinación por buscar justicia a pesar de las cicatrices que le había dejado, era algo que no podía ignorar. Pero al mismo tiempo, Ellie no pudo evitar sentir tristeza. Lena había entregado tanto de sí misma a su trabajo, que parecía haber perdido algo en el proceso.

-Por mi trabajo -continuó Lena, dejando escapar una risa amarga-, nunca he tenido una relación duradera. Siempre me absorbía demasiado, y al final, la gente se cansaba de esperar a alguien que nunca estaba presente. Es irónico, ¿no? Pasé mi vida buscando la justicia para mi madre, pero al hacerlo, he dejado escapar muchas cosas... tal vez demasiadas.

Somos la noche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora