Capítulo 28 Alianzas

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Ellie abrió los ojos lentamente. Frente a ella, encontró a Cordelia, quien la observaba con una mirada tranquila y satisfecha, disfrutando de la quietud del momento y del privilegio de despertar junto a Ellie.

Podría acostumbrarme a despertar así.

-¿Me estaba observando, majestad? -preguntó Ellie, esbozando una sonrisa traviesa, utilizando el apelativo para picarla.

-Como hiciste tú al acostarnos, princesa -respondió Cordelia, siguiendo el juego con una sonrisa igualmente juguetona.

-Touché -dijo Ellie, sabiendo que la había pillado.

El silencio confortable se instaló entre ellas. Se miraron a los ojos, sus rostros acercándose lentamente, como si el mundo a su alrededor se desvaneciera. Justo cuando sus labios estaban a punto de encontrarse, Cordelia se detuvo de repente.

-¿Qué ocurre? -preguntó Ellie, confusa por la interrupción.

Cordelia la miró divertida, sus ojos brillando con una chispa de malicia.

-Me temo que un torbellino viene a por ti -dijo con un tono que no ocultaba su diversión. Antes de que Ellie pudiera preguntar a qué se refería, Cordelia le robó un beso rápido y desapareció en un susurro de aire, dejando a Ellie con el corazón acelerado.

Justo en ese instante, la puerta de la habitación se abrió de golpe, y Peter entró con su habitual falta de delicadeza. Estaba listo para despertar a Ellie con su energía matutina, pero se detuvo en seco al verla despierta, con una sonrisa boba aún en su rostro por el beso de Cordelia.

-¿Estabas soñando cosas prohibidas con Cordelia? -preguntó Peter, levantando una ceja con una mezcla de sorpresa y diversión.

-Soñando despierta -respondió Ellie, estirándose en la cama con una felicidad que no podía ocultar. La sonrisa en su rostro lo decía todo, y Peter no pudo evitar una carcajada.

-Vamos, soñadora, levántate. El sol ya se está escondiendo, y algunos de nosotros todavía tenemos que acostumbrarnos a vivir de noche. -Hizo una pausa y añadió- Vístete para comer algo antes de recibir a la visita.

Ellie se levantó de la cama, aún sintiendo la presencia de Cordelia en la habitación. Mientras se vestía, optando por un vaquero negro y una camisa en tono beige, miró a Peter con una expresión juguetona y dijo, picándole:

-¿Tienes ganas de ver a Kol?

Peter resopló, fingiendo indiferencia, pero Ellie no se dejó engañar.

-¿A ese presuntuoso? Más quisiera degustar a alguien como yo -respondió Peter, con un tono que intentaba sonar despectivo, pero que no logró ocultar del todo la intriga que Kol despertaba en él.

Ellie, que conocía a su amigo mejor que nadie, notó en sus palabras algo más que simple desdén. No le era indiferente el vampiro, y eso solo hizo que la sonrisa en su rostro se ampliara un poco más.

Ellie y Peter descendieron las escaleras que llevaban al comedor principal. Al entrar, encontraron la gran mesa ya ocupada. Eva y Alice estaban sentadas al lado izquierdo, mientras que Cordelia ocupaba una silla en el lado derecho. La atmósfera era relajada, pero cargada de una energía contenida que Ellie podía sentir en el aire. Cordelia, al notar su llegada, le guiñó un ojo a Ellie, provocando que una sonrisa cómplice se dibujara en su rostro.

Ellie tomó asiento junto a Cordelia, sintiendo su presencia cálida y reconfortante a su lado, mientras que Peter se sentó a su derecha. Ambos saludaron al grupo, y Peter, con su habitual sentido del humor, bromeó:

-Buenos ¿días?, ¿noches? Estoy un poco perdido con vuestros horarios.

La broma rompió el hielo, y los seis se echaron a reír. Incluso Eva, normalmente más reservada, dejó escapar una pequeña carcajada. Norman, siempre atento, comenzó a servir el "desayuno" nocturno. Las vampiras recibieron copas llenas de sangre, incluida Ellie, que todavía se estaba adaptando a sus nuevos instintos. Para Ellie y Peter, además, Norman había preparado un revuelto de pavo acompañado de pan recién hecho, una mezcla reconfortante y deliciosa que llenó el comedor con su aroma.

Somos la noche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora