Capítulo 32 Derribando Barreras

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Ellie llegó a la mansión, sintiendo un alivio al ver las caras familiares de sus amigos. La puerta se abrió y Peter se adelantó, sus brazos extendidos en una invitación para abrazarla.

-¿Mejor? -preguntó, con una mezcla de preocupación y calidez en su voz.

Ellie sonrió al recibir el abrazo, sintiendo la familiaridad de su amigo. Se separó un poco para mirarlo a los ojos y respondió:

-Más tranquila, pero más confusa.

Peter la apretó más contra él, como si intentara transmitirle su fuerza a través del abrazo.

-Encontrarás el camino, siempre lo haces -le dijo con una seguridad que Ellie apreciaba profundamente.

A su lado, Alice y Eva se acercaron, y Ellie recibió otro abrazo, esta vez de parte de Alice. La energía de su amiga era contagiosa.

-No dejes que Rebecca te altere -le aconsejó Alice, separándose un poco para mirarla a los ojos-. Tiene facilidad para ello, pero no le des esa satisfacción.

Ellie asintió, sintiendo que las palabras de Alice eran un recordatorio importante. Eva, más reservada, se acercó y le dio un apretón en el brazo.

-Mañana entrenaremos. Te vendrá bien soltar tensión -dijo, con una mirada seria pero cálida.

Luego, se volvió hacia Peter y continuó:

-Tú también, chico. Si vas a mantener tu condición humana en este mundo, tienes que saber defenderte.

Peter puso una cara de pereza, claramente no entusiasmado con la idea, y bromeó:

-Si no hay más remedio... aunque sudar no me sienta bien.

La risa compartida entre ellos aligeró el peso en el corazón de Ellie, aliviando un poco la confusión que había sentido. Aún sintiendo la necesidad de estar con Cordelia, se dio cuenta de que tenía un refugio en sus amigos.

-¿Dónde está Cordelia? -preguntó Ellie, buscando su familiar presencia.

Eva respondió, mirando hacia las escaleras:

-Está en su cuarto.

Alice, viendo que era el momento de descansar, dijo:

-Bueno, nosotros nos vamos a dormir -mientras empujaba suavemente a Peter hacia su habitación.

Antes de seguirlos, Eva se detuvo y miró a Ellie una vez más.

-Date tiempo para pensar, pues es el origen del poder -le dijo, sus palabras llenas de sabiduría.

Ellie sonrió agradecida y observó cómo sus amigos desaparecían por el pasillo. Se sintió reconfortada por su presencia, pero sabía que la confusión que la envolvía no se disiparía tan fácilmente. Mientras se dirigía a su habitación, su mente no podía evitar pensar en Cordelia, en la conversación que tenían pendiente.

¿Querrá hablar conmigo?

Ellie se acercó a la puerta de la habitación de Cordelia, su corazón latiendo con fuerza. Se disponía a llamar a la puerta cuando esta se abrió
y Cordelia apareció, con una expresión que era a la vez acogedora y cautelosa. Al verla, Ellie sintió la tensión en el aire, una corriente eléctrica que iba de una a otra.

Sin decir nada, Cordelia la dejó pasar y tras ella cerró la puerta suavemente. Se miraron durante un instante, buscando respuestas en los ojos de la otra.

Cordelia fue la primera en romper el silencio, dando un paso hacia Ellie. Su voz, suave pero firme, resonó en el ambiente.

-Elisabeth, yo...

Somos la noche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora