La noche avanzaba con un aire festivo, y Ellie disfrutaba cada momento en el vibrante local. Las luces danzaban, la música pulsaba en su interior, y el ambiente era un torbellino de risas y emoción. Se sintió finalmente en su elemento, rodeada de nuevas amigas que la hacían sentir especial y aceptada.
Finalmente, cuando el cielo comenzó a clarear y el amanecer se acercaba, las chicas decidieron regresar a la mansión. Con el viento en sus rostros, subieron a sus respectivos coches, y Ellie no podía dejar de sonreír mientras conducían de vuelta. La adrenalina aún corría por sus venas, y la anticipación de lo que estaba por venir la mantenía alerta.
Al llegar a la mansión, se despidieron de Eva y Alice, quienes se dirigieron a sus habitaciones con risas y murmullos cómplices.
Ellie y Cordelia caminaron juntas por el pasillo, disfrutando del silencio y la compañía mutua. La mansión, con su atmósfera tranquila, era un contraste perfecto con la energía de la noche. Cuando llegaron a la puerta de sus habitaciones, Cordelia se volvió hacia Ellie, su mirada suave pero firme.
-Espero que hayas disfrutado esta noche -dijo Cordelia, con una sonrisa que iluminaba su rostro-. Es sólo un aperitivo de lo que está por venir. Al anochecer te entrenaremos.
Ellie sintió que su corazón se llenaba de emoción al escuchar esas palabras.
-Lo he disfrutado mucho, gracias Cordelia. Gracias por ofrecerme esta vida y por aceptarme en vuestra familia -respondió Ellie, la gratitud reflejada en sus ojos. -Estoy deseando empezar a entrenar. Quiero ver la cara de Kol cuando le gane.
Cordelia levantó una ceja, sorprendida por la determinación de Ellie, pero en su interior, una chispa de orgullo la invadió. Sin embargo, se quedó completamente turbada cuando Ellie se acercó y le dio un beso suave en la comisura de los labios, deteniéndose allí brevemente.
El gesto fue ligero pero cargado de significado, y Cordelia se quedó inmóvil, sintiendo una oleada de emociones. Fue un momento de conexión que la dejó sin aliento.
Rápidamente, Ellie se metió en su habitación, su corazón palpitante de felicidad. Cordelia quedó parada en el umbral, posando su mano donde los labios de Ellie habían dejado su marca. Una sonrisa iluminó su rostro mientras entraba lentamente en su habitación, con la certeza de que Ellie la hacía sentir más viva incluso que cuando era humana.
Mientras se cambiaba de ropa y se acomodaba en su cama, Cordelia no pudo evitar pensar en la conexión que se estaba formando entre ellas. Ellie era un soplo de aire fresco en su vida, y el hecho de que estuviera dispuesta a continuar el legado de Callum le hacía sentir una mezcla de orgullo y admiración.
"Hoy ha sido solo el comienzo", pensó Cordelia, sintiendo una oleada de emoción. La noche que habían compartido era solo un adelanto de las aventuras que estaban por venir, y no podía esperar para ver cómo Ellie florecería en su nuevo mundo.
Ellie y Cordelia se quedaron dormidas cada una pensando en la otra, creando un suave murmullo de sueños compartidos que las mantenía unidas incluso en el silencio de la noche.
~🝰~
Ellie se despertó bruscamente, sintiendo que alguien la zarandeaba con insistencia. Abrió los ojos para encontrar a Peter, su mejor amigo, inclinado sobre ella con una sonrisa traviesa en el rostro.
-Oh, Peter, vamos -murmuró Ellie, medio despierta-. Que sea ahora vampira no quiere decir que mi parte humana no quiera seguir durmiendo.
Peter, disfrutando de su pequeño triunfo, respondió con un tono burlón:
-¡Ah, no! Tu parte humana se va a levantar y va a hacer compañía a tu querido amigo, que no todos vivimos de noche. ¿Cómo te atreves a irte de fiesta sin mí?
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Somos la noche.
VampiroEllie es una joven ladrona que un día es perseguida por una inspectora poco convencional con la que compartirá más que una persecución. Esa misma noche, Ellie se encuentra con la mujer que la susurra en sueños. Pero los sueños pueden tornarse en pes...