Electrifying Soul (Park Jimin)

Capítulo 17

Girl, let me know.

Y como una idiota, lo único que se me ocurre es echar a correr.

Corro y corro sorteando a gente prácticamente sin ver nada, y entonces llego a mi calle, donde me dejo caer sobre la puerta de la verja que proteje el jardín de mi casa.

La cara me arde. Y por una vez en mi vida no es de la timidez.

Cansada, me aparto el pelo de la cara y tomo aire mirando hacia arriba, para después girarme, encajar la llave en la cancela y caminar hasta el porche.

Flashback

-Así que aquí vives-dice cuando nos paramos en la puerta para despedirnos.

-Ajam.

-Es muy bonita.

-Gracias.

-¿Te lo has pasado bien?-dice metiendo las manos en el bolsillo de su abrigo.

-Muy bien-sonrío-gracias por llevarme.

-A ti por venir.

Nos volvemos a sonreir mutuamente y nos quedamos en silencio.

-Bueno...

-Buenas noches.

Y sin pensarlo y antes de arrepentirme, tras decir eso último, le rodeo la cintura con mis brazos, y aunque él tarda en reaccionar, me devuelve el abrazo, balanceándonos a los dos hacia ambos lados de forma divertida.

Fin del flashback

Recuerdo perfectamente ese momento en el que me atreví a abrazar a Suga por primera vez porque realmente quería hacerlo, porque habíamos pasado una noche maravillosa y simplemente porque sabía que tenía delante al mejor amigo que se podía desear.

Y ahora la sensación al hacerlo es tan distinta, tan agridulce.

Dulce porque es Suga, y es de las personas más importantes que tengo, por lo que abrazarle supone sentirse protegida y querida, pero agrio porque sé que, en cierto modo, le estoy mintiendo.

Y es que él me abraza sintiendo esa punzada en el pecho que solo tienes cuando ves a la persona que quieres, mientras que yo, por más que lo intento, sigo haciéndolo como aquel día.

Como amigos.

Y encima he vuelto a ser una cobarde.

Le he dicho que simplemente me encontraba mal, que no pasaba nada y que tenía que irme, pero estoy segura de que sabe que le he metido.

Y no tengo ni idea de qué pasará cuando nos veamos mañana en clase.

-Qué desastre.

Entro en casa tras suspirar fuertemente, y entonces me encuentro a mi madre mirando unos libros en la estantería del salón.

-Hola pequeña, ¿ya estás aquí?

-Sí...-susurro arrastrando los pies-me voy a mi cuarto.

-Vaya...vale. Bueno...¡cenaremos en un rato!-grita mientras subo las escaleras.

-¡No tengo hambre!

-¡Pero hija!

Cierro la puerta, y tras tirar la mochila al suelo sin importarme donde caiga, me tiro a mi misma sobre la cama, con el mismo pensamiento.