Capítulo 7

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Sometimes I wish I could read your mind. But then, I wonder if I could handle the truth.

Narra Jimin

Recuerdo como de casualidad un hombre de mediana edad nos vio allí cuando volvía del trabajo, y como insistió preocupado en llevarme a su casa, que estaba allí mismo, para curarme las heridas.

Imcluso me ofreció una cama para dormir, y ella le dio las gracias por todo.

Recuerdo que me llevaron entre los dos haciéndome sentir débil, y que intenté con todas mis fuerzas andar por mi mismo, pero ni siquiera podía hacer eso, ni siquiera podía mantener los ojos abiertos.

Recuerdo llegar a una amplia habitación sin soltar su mano, y al hombre haciendo preguntas mientras traía cosas.

Recuerdo estar en una mullida cama, sentado, sin apenas saber si lo que estaba pasando era verdad o un sueño, despojado de mi camisa, mientras Cassie curaba las heridas de mis brazos con cuidado.

Ni una palabra. Aunque sintiera dolor.

Y luego se puso frente a mi y curó mi labio.

Yo solo la miraba.

Estaba pálida, y tenía las manos congeladas.

Era como la nieve que pronto cubriría la ciudad, y yo me sentía como una bola de fuego que quemaba hasta lo más delicado si se acercaba mucho.

Pero es tan agradable cubrirse con hielo cuando tu piel arde.

Lo último que recuerdo es como el hombre y ella me acostaron y hablaron de cosas que yo no podía escuchar con claridad, puesto que me estaba quedando dormido.

Y ya todo se quedó negro.

***

En cuanto abro los ojos, aunque me duele todo el cuerpo, me levanto de la cama, y aunque estoy algo desorientado, voy al baño.

Me lavo la cara, paso la llema de mis dedos por mi pelo, y sin darme cuenta, me quedo mirando mi reflejo en el espejo, teniendo una conversación muda conmigo mismo.

Hasta que ese amable hombre me sorprende desde el pasillo.

-Buenos días-sonríe-¿cómo te encuentras?

-Mejor.

-Ya veo, ayer no podías ni tenerte en pie, es sorprendente lo rápido que te has recuperado.

-Gracias por ayudarme.

-No es nada. He preparado el desayuno, puedes comer algo si te apetece, está en la cocina-dice dejándome solo de nuevo por un segundo-oh, por cierto-vuelve a asomarse por el marco de la puerta-la chica estuvo ayer aquí hasta que te dormiste, y ha venido a primera hora de la mañana, quizá deberías bajar y hacerle saber cómo te encuentras, estaba preocupada.

Asiento serio, y tras vestirme con cierta dificultad, bajo las escaleras a la velocidad que mis piernas me permiten.

Y efectivamente, ahí está.

-Hola-digo con la voz tranquila.

En cuanto me escucha, la chica levanta la mirada, y un segundo después, se levanta a sí misma sin saber muy bien qué hacer.

Y eso me hace sonreír. Aunque ni siquiera sé por qué.

-¿Cómo te encuentras?-susurra.

Electrifying Soul (Park Jimin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora