Capítulo 27

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The secret in his eyes.

-Cada día estás más torpe ¿eh?-comenta el chico bromeando mientras se ríe y ambos subimos las escaleras que nos conducen a la salida de la playa.

-Yo no tengo la culpa de que alguien, con muy malas intenciones-apunto uniéndome a su risa avergonzada-haya hecho un agujero en la arena y luego lo haya tapado con hojas.

-Claro que no-se gira al subir el último escalón y me mira divertido mientras anda de espaldas al camino-pero sí que tienes la culpa de ir y meter el pie ahí como si no fuera lo suficientemente obvio que era una trampa ideada por algún niño pequeño.

-¡Pero si ni siquiera lo he visto antes de pisarlo!-exclamo corriendo hasta su lado haciendo que él se gire de nuevo para continuar ambos andando de forma normal mientras seguimos riéndonos.

-Tienes suerte de que no haya sido yo la brillante mente que ha hecho ese agujero en la arena-me sonríe de medio lado-porque en ese caso te habría grabado y no dejaría de recordártelo en la vida.

-Vas a hacerlo igualmente.

-Ya-se ríe.

Le contesto con mi mejor sonrisa y tras quedarnos en silencio, empiezo a pensar en todo lo que ha pasado en este primer día de nuestras vacaciones mientras Suga mira al frente y yo le miro sin que se de cuenta, sintiendo como la felicidad ruboriza mis mejillas.

Mi propósito para estas tres semanas era acercarme a él, hablar y reconciliarnos, y al final ha resultado que él tenía las mismas intenciones y todo ha sido mucho más fácil de lo que imaginaba.

Como siempre. Suga nunca falla en eso de hacer las cosas más sencillas.

Y es que los amigos están para eso, claro está. Pero hay amigos de muchas clases.

Los que hacen eso en los buenos momentos. Y los mejores y verdaderos amigos, que lo hacen en los buenos y los malos.

Y Suga sin duda es uno de ellos.

Porque incluso después de todo lo vivido, ha vuelto, perdonándome y haciendo una vez más que con el tiempo los problemas carezcan de importancia, ya que, al fin y al cabo, están en la vida para darle soluciones, y a veces esas soluciones pueden resultar mucho mejores que las opciones que teníamos antes de cometer el error.

Y este es uno de esos casos, porque yo vuelvo a tener cerca a mi mejor amigo y aunque ser querido por Suga es un privilegio, hoy por hoy me alegro de que ya no sea de ese modo, y no porque para mi fuera incómodo, sino porque no era justo para él y porque por fin se ha dado cuenta de que puede brillar mucho más de lo que su corazón le permitía al estar encerrado en esa jaula que había construido durante años con mi nombre.

Y nada puede hacerme más feliz ahora mismo que ver que Suga vuelve a ser feliz.

-Oye-dice de repente sacándome de mis pensamientos haciendo que los dos paremos nuestra caminata-¿qué hora es? como nos saltemos el toque de queda nos vamos a llevar una buena.

-¿Desde cuándo eres tan responsable?-me río.

-Perdona pero siempre lo he sido-dice cerrando los ojos mientras alza su nariz con aires de importante.

-Te recuerdo que fuiste tú el que me incitó a saltarme las clases cuando nunca lo había hecho antes-apunto divertida rebuscando mi móvil en el bolsillo de mi pantalón.

-Bah, pero eso solo es una pequeña mancha en mi historial-se ríe mientras observa como por fin encuentro mi teléfono.

-Ah, había olvidado que lo apague esta mañana-comento inconscientemente al ver la pantalla en negro para luego pulsar la tecla que me permite encenderlo de nuevo.

Electrifying Soul (Park Jimin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora