Capítulo 6

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i know i'm missing something, but i don't know what it is.

He estado esperando a que pasara toda la semana con bastantes ganas de que llegara el sábado.

He pensado constantemente en ello.

En si podré hacerlo.

Y la cosa es que ya he estado un par de veces sola con Suga y ha ido bien, pero conociéndome, podría estropearlo todo en una milésima de segundo, y no quiero.

No quiero que la única persona (quitando a mis amigas) que no se ha dado por vencida conmigo, por mis nervios, piense que soy rara y se aleje, así que me esforzaré. Aunque espero que él también me ayude a hacerlo.

***

Como es lógico, el sábado finalmente ha llegado, y aunque estoy nerviosa, he salido de casa decidida a algo tan sencillo como pasarlo bien.

Y voy a mitad de camino, cuando de repente me encuentro a Suga apoyado en el portal de un bloque de pisos.

Lleva un chaquetón negro para protegerse del frío, y el pelo cubierto con un fedora del mismo color.

Me alegro de verlo observando que está distraído con el tránsito de la gente que va de un lado a otro, y entones, de repente y por casualidad, él me mira serio entre todas esas personas, y en cuanto me reconoce, me sonríe agarrando su gorro, a lo que yo contesto acercándome a él tímidamente.

-¿Qué haces aquí?-pregunto con una pequeña sonrisa.

-No podía esperar más, así que decidí venir a encontrarme contigo antes de la hora suponiendo que pasarías por aquí-me mira fijamente-bueno, ya sabes, porque-carraspea-soy impaciente y me aburría en casa-se rasca la nuca-¡y así de paso te ahorraba la caminata!

-Eso es cierto-reímos.

-Sí...-suspira una sonrisa-en fin, tengo muchas cosas que enseñarte ¿vamos?

Le miro en silencio intentando respirar su alegría para así contagiarme de todo lo bueno que tiene, y sin pensarmelo, asiento sonriente.

Por lo que empezamos a caminar charlando animadamente (aunque aún sigo algo cortada) y poco a poco y entre algunas prematuras risas, finalmente llegamos al parque.

Todo está tan distinto a la última vez.

Un millón de lucecitas blancas cuelgan de las ramas de los frondosos árboles, que descansan a ambos lados de un largo camino en cuyo final hay un escenario, donde supongo que se dará el concierto.

También hay miles de pequeños y no tan pequeños puestos de comida, abalorios y ropa, que aglomeran a la gente llenando el parque de vida.

Familias, grupos de amigos, parejas...¡ni siquiera se nota el frío!

Y me siento bien.

-Queda una hora para que empiece la primera actuación-comenta mi nuevo amigo-¿quieres comer algo mientras esperamos?

-Si tú quieres-sonrío.

-Solo si tú quieres.

-Si tú quieres, yo quiero.

-Entonces quiero.

Reímos ante el infantil juego de palabras que estamos usando.

-¿Qué te parece eso?-señala a un bonito puesto del que sale un humeante y delicioso olor a pollo.

Electrifying Soul (Park Jimin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora