*Narra ___Tn*
Me había acostado a dormir un buen rato. Despejar mi cabeza había sido una buena idea. Ya faltaba una semana para comenzar
de nuevo la escuela y apuesto a que también me iban a mandar a la escuela con mi accidente. Así es como le puse a Zayn: "mi
accidente". No es nada cariñoso, no crean cosas raras.
Decidí bañarme luego de mi siesta y salir...sola, como siempre, pero esta vez sin mi bicicleta. Ya no quería armar más líos y si Zayn me
veía salir con mi bicicleta, seguramente se burlaría de mí.
Me cambié y bajé. (Oufitt en la multimedia). Abajo estaban papá, Trisha, Zayn y su hermana. Era de
esperarse, Walter no estaba. Ahora tenía que estar sola.
-Hola.- dijo una voz muy suave. Miré hacía abajo, en donde había una nena mirándome. Claro, era Safaa, la hermana de mi accidente.
-Hola.- la saludé y le regalé una sonrisa. Creo que es la única que me caía bien.
-¿Querés jugar? Tengo muñecas.- observé a donde estaban mis papás y Zayn, quien nos miraba fijamente.
-Eeh...sí, claro.- tuve que cancelar mis planes de salir. Aún así, era mejor esto antes que salir sola.
-¿Tenés habitación?- preguntó mirando hacia los costados.
-Sí, vení.- me gustaba tratar bien a los chicos. Eran mi debilidad. Recuerdo cuando Walter me trataba así cuando yo era chica. Era
adorable.
Fuimos a mi habitación y ella sacó de una caja sus muñecas. Al parecer, dormiría en mi habitación, porque todas sus cosas estaban
acá, más una cama adicional que nunca había visto en mi habitación. Recordé cuando mamá me compraba cientos de muñecas y
luego jugaba conmigo. Creo que todavía las tengo.
-Esperá acá.- le dije. Me levanté de la sillita en la que ella me había hecho sentar y comencé a buscar entre mis juguetes. Sentí que
se abría la puerta, pero no me di vuelta. Seguro Safaa se había ido a buscar algo o algo así. Seguí buscando y al fin las encontré,
junto a sus ropas. Las puse sobre la mesa y...¿otra vez? ¿Qué acaso no se cansaba de molestar?-¿Qué hacés acá?- pregunté y él
me miró extrañado.
-¿No puedo estar acá?- preguntó haciéndose el confundido.
-¡Claro que no! Sabías que veníamos y por eso vos viniste.- le grité.
-¡Hey, no grités que no vendés nada!-
-¿Y si vendo qué?- le grité de nuevo.
-¿Te podés tranquilizar? Mi hermana no está acostumbrada a los gritos. En mi casa nadie grita.
-¡Qué lastima! Porque ahora estamos en MI casa y acá sí se grita.- le volví a gritar.
-Genial, vos te lo buscaste.- dijo. ¿Qué pensaba hacer?
-No te tengo miedo, Zayn.- me burlé cuando dije su nombre.
-No tendrías por qué hacerlo. La gente que me tiene miedo, la pasa muy mal.- se me acercó. En realidad, era cierto, no daba nada de
miedo.-Sobre todo la gente que me dice "gay".- ¿Seguía con eso?
-¡Ay, ya! Lamento haberte dicho gay, aunque...no, no lo lamento porque ni siquiera te dije gay, te pregunté si lo eras.- me miró algo
enojado.
-No tenías derecho y ya te dije que dejes de gritar. Safaa, andá con mamá.- la pequeña hizo caso enseguida y nos quedamos solos,
así que no tuve otra opción que irme. No quería quedarme sola con él, ni loca.-¿A dónde vas?- su teléfono sonó y eso me permitió
irme. Él me agarró del brazo y no permitió que vaya. Encima, atendió el teléfono.
-¿Hola?...Ajam...No puedo ahora...Sí, por lo que te conté...Sí...No...No puedo hablar ahora, Pez...Te llamo después...Sí, yo también...Chau.-
¿Pez? Reí. ¿A quién se le ocurría hablar con un pez?-¿De qué te reís?- preguntó, aunque yo seguía riendo.
-No puedo hablar ahora, Pez...- me burlé de él, imitando su voz.
-Pez no es un pez.- ¿Ah, no?
-¿Entonces?-
-Es una chica. Ahora, si me permitís, me gustaría hablar de nosotros.-
-¿Nosotros?- fruncí el ceño.
-Sí, nosotros. Yo me voy a tener que quedar en esta casa por mucho tiempo, o por lo menos hasta que cumpla los dieciocho y me
pueda ir, ¿está bien? Las cosas a partir de hoy van a cambiar.- ¿Cambiar? No me gustaba esa palabra. Para nada.