*Narra ___Tn*
Zayn era el chico más tierno del mundo, eso quedaba claro. Iba a pelearse por mí...¡Estaba tan feliz!
Lo abracé por inercia y mientras él me acariciaba el pelo, sonó el timbre. Seguro era el idiota al cual Zayn le iba a pebgar.-Yo voy.- dijo él.
-No, no, yo voy.- dije y cuando me separé de su abrazo, me dirigí hasta la puerta. Abrí la puerta y ahí se encontraba un chico rubio de ojos verdes. Era lindo pero debe admitir que Zayn es más lindo. Me quedó mirando un buen rato y luego Zayn se apareció y rompió el silencio.
-¿Qué querés?- preguntó Zayn. ¿No era obvio? Venía a quedarse sin dentadura.
-Pelear. Para eso me llamaste.- dijo molestando.
-Perdón, pero la que llamé y te dije todo eso, fui yo.- dije con mi sonrisa inocente.
-¿Vos?- preguntó confundido.
-Sí, yo.-
-¿Ustedes dos son novios?- preguntó el chico mirándonos. Vi a Zayn, quien estaba con la cabeza baja.
-No.- contesté. ¡Cómo me gustaría que lo fuéramos!
-Pues no parece, porque este estúpido te defiende como si lo fuesen.- dijo algo enojado. ¿Qué? ¿Zayn me defendía?
-¿Te podés ir?- preguntó Zayn de buena forma.
-Sí, pero antes voy a hacer una sola cosa.- Este tipo estaba completamente loco.
-¿Qué?- preguntó.
-Esto.- luego de su comentario, en un segundo, se arremangó la camisa y le pegó una trompada a Zayn, haciéndolo caer en el suelo. ¿Es estúpido o se hace? ¿Acaso estaba borracho?
-¿Qué hacés idiota?- le grité.
-Darle a ese estúpido lo que se merece.- gritó como yo.
-Eso es lo que vos te merecés.- grité de nuevo.- Andate de mi casa.- amagó para decir algo, pero después de unos segundos, se fue. Me acerqué hasta Zayn y me arrodillé al lado de él. Él estaba casi acostado en el piso, apoyado sobre su codo izquierdo, tocándose la mejilla en donde le había pegado.- A ver...dejame a mí.- le dije y saqué su mano de su mejilla. Le toqué en donde le había pegado el tonto ese de su compañero y se quejó un poco.-Ay, perdón, Zayn...fue todo mi culpa, soy una tonta.- dije. Estaba mal por haberle dicho al otro imbécil que venga.
-Tranquila.- dijo muy dolorido. Trató de levantarse, pero yo no lo dejé.
-Voy a buscar el botiquín, ya vengo.- le dije y me fui, pero me acordé de lo que podía llegar a hacer Zayn, así que volví.-No vayas a moverte.- lo apunté con el dedo.
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-¡No te muevas!- grité una vez más.-¿Te duele?- pregnuté, aunque era obvio que sí.
-Sólo cuando me río.- rio y yo sonreí. Le volví a apoyar el hielo sobre la mejilla y se quejó de nuevo.
-Lo siento.- dije inocentemente.-No importa.- dijo.
-No, no lo siento por el hielo, lo siento por haberle dicho al tonto ese que venga. Te perjudiqué a vos y...- puso su dedo en mi boca. ¡Mierda! Otra vez hizo que los pelos de mi piel se erizaran.
-Yo dije que le iba a pegar al idiota ese. No va a volver a molestarme con vos.- guiñó un ojo y luego de que sacó su dedo de mis labios, seguí con mi trabajo.
-Gracias por eso.- dije. Ya había terminado con el hielo y ahora le estaba secando el agua que le quedó sobre la cara.
-Valió la pena.- ¿Ah, sí? Zayn y sus indirectas...
-¿Por qué?- pregunté.
-Porque mi recompensa va a ser la mejor.- dijo inocente y sonrió como un nene. Oh, no, Zayn no.
-¿Recompensa? ¿Quién dijo que ibas a tener una recompensa?- pregunté haciéndome la tonta. Sabía lo que quería y pensándolo bien, yo también lo quería. *-*
-Es lo mínimo que me merezco, ¿no?- dejé el trapito a un lado y lo miré unos segundos. Tenía el cachete más morado que Barney el dinosaurio.
-Bueno...cerrá los ojos.- le dije divertida.
-Está bien, pero nada de limón, pinta labios, naranja, hielo...- lo interrumpí.
-Ya entendí, cerrá los ojos.- le dije de nuevo.
-Está bien.- bufó pero luego cerró los ojos. ¡Sí, quería besarlo! Me acerqué hasta él y rocé mis labios con los suyos. Él se dio cuenta porque puso su mano sobre mi mejilla y ahí fue cuando lo besé.
Era tan lindo besarlo. Sus labios eran muy suaves y su piel sobre mi mejilla hacía que me sonrojara.Estoy tan feliz que podría dar saltos por toda la casa y hasta contarle a mi papá lo que acaba de pasar. ¡Cómo desearía hacer eso!
Me intrigaba mucho la idea de saber qué pasaría si les dijeramos que nos besamos cuando ellos no nos ven. ¡Dios mío! ¿Se imaginan?