Capítulo 1.

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Una chica pelinegra estaba tumbada en su cama viendo las noticias. Su apartamento, el cual era pequeño pero a ella le sobraba, estaba hecho un desastre, pero la chica no hacía nada para arreglarlo. Se había acostumbrado a vivir así.

- Siguiente noticia - dijo el reportero en la televisión, la cual la pelinegra estaba viendo para pasar el rato antes de ir al trabajo -. La creciente disputa dentro de la pandilla Tokyo Manji ha cobrado la vida de victimas inocentes. Seis personas resultaron heridas.

- ¿Sí? Que miedo... - dice Takemichi, la cual era quien estaba viendo la televisión.

Siguió escuchando lo que el reportero decía y escuchó quienes eran los que habían muerto en esa horrible escena a causa de la Tokyo Manji.

- Son Hinata Tachibana, de 26 años, de Shibuya Tokio - eso confunde un poco a Takemichi, pues ese nombre se le hacía familiar -, y el hermano mayor de Hinata Tachibana, Naoto Tachibana, de 27 años - el volver a escuchar ese nombre hizo que la pelinegra cogiera el mando a distancia para subir el volumen de la televisión. Ahora recordaba esos nombres -. La policía metropolitana está en alerta máxima.

- ¿Naoto Tachibana? - susurra ella con ojos vidriosos.

Takemichi se había quedado en shock. ¿Cómo había podido olvidarlos? Naoto fue el único novio que tuvo en la secundaria, y hasta ahora la única pareja que tuvo la chica, y ahora estaba muerto. Pero eso no fue lo más impactante, pues ella siempre fue muy amiga de Hinata, de ahí que conociera a Naoto y comenzasen a tener una relación.

Aun con eso la chica se preparó para marcharse a trabajar, donde su superior era menor a ella y siempre la sermoneaba. La vida de Takemichi era una basura, o por lo menos ella pensaba eso. Después de su jornada se dispuso a marcharse de nuevo a su departamento. La chica seguía algo trastocada por lo que había visto en las noticias. Hacía mucho que no veía a Naoto o Hinata, pero aun así su pecho dolía al saber que habían muerto. Estuvo así por cuatro días, sin poder dejar de pensar en los hermanos Tachibana.

La chica nunca imaginó que su vida fuera así de patética. Siempre estaba pidiendo disculpas agachando la cabeza. Siempre sumisa y sin hacer algo para cambiar las cosas. Takemichi no era de esas chicas que plantaban cara, no, pero se arrepentía de eso. Ella se consideraba una chica patética, pues después de todo y con sus 26 años seguía siendo virgen y no tenía ninguna relación. La única que tuvo fue con Naoto cuando ella iba a la secundaria. Era patética. Fue ahí, mientras miraba la línea amarilla de la estación, cuando se preguntó en qué momento perdió el rumbo de su vida.

Estaba tan sumergida en su mente que no se percata de que alguien la empuja a las vías del tren, justo cuando el tren estaba por llegar. El tren estaba a escasos metros de ella. Estaba asustada, y con la muerte ante ella no recordó a sus padres ni a sus amigos, sino a Naoto Tachibana. Ese chico de cabellos negros, el cual siempre fue muy amable con ella. Adoraba eso de él, pues siempre fue comprensivo con ella y entendía que fuera con su pandilla de cuatro amigos siendo ella la única mujer.

Recordó que cuando comenzó su relación con Naoto todos los estudiantes se enteraron y estaban impresionados de que ella hubiera empezado una relación con un chico mayor, el cual era popular con sus buenas calificaciones y lo amable que siempre era.

Takemichi supo que en retrospectiva, su segundo año de secundaria fue el mejor de toda su vida, pues fue ahí cuando comenzó su relación con Naoto, pero no solo eso. Ella era la segunda al mando en una pandilla de chicos de segundo. Sus mejores amigos.

Ahora la chica estaba mirando al suelo y podía ver sus zapatos, pero no los reconoció, pues esos no eran los que llevaba. Además ella estaba ahora de pie. Takemichi supuso que estaba viendo su vida pasar frente a sus ojos, pues estaba próxima a morir.

Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora