Capítulo 24.

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Siento decir que este capítulo es bastante corto. Lo siento, pero esta noche estoy "secuestrada" y no me dejarán tener el ordenador para escribir. Han venido mis tíos y no puedo hacerles el feo de no estar presente y más cuando llevo mucho sin verlos. Bueno, no os aburro más y espero que les guste el capítulo. 

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Takemichi se despertó con un sobresalto. Había soñado con lo ocurrido en Filipinas, y su corazón iba a mil por hora. Notaba el sudor frío cayendo por su espalda y su respiración era irregular. Cuando al fin consigue normalizar un poco su respiración mira a Mikey, el cual estaba gruñendo. Había estado abrazado a la chica, pero ella se había movido muy rápido para quedar sentada.

- ¿Qué ocurre? – dice él con ojos entrecerrados -. Es domingo, Micchy. ¿Por qué me despiertas tan temprano?

- Yo... - susurra ella aún un poco conmocionada por la pesadilla -. Lo siento. Tuve un mal sueño.

- ¿Un mal sueño? – Mikey abre los ojos y frunce el ceño -. ¿Me lo quieres contar?

- No... - susurra ella con una pequeña sonrisa. Mikey estaba muy mono recién levantado con todo su pelo alborotado -. Ya no recuerdo el mal sueño – con eso se inclina y deja un beso en los labios del chico, y pensó que ojalá fuera cierto que no lo recordase -. Buenos días.

- Nada de buenos días – se queja abrazando a la chica para que quedase a horcajadas sobre él -. Es muy temprano.

- Son las nueve, Mikey – dice ella mirando el despertador.

- Es temprano para un domingo – remarca él muy serio pero de repente en su cara se planta una media sonrisa. Era una sonrisa juguetona, la cual hizo que a Takemichi se le subieran los colores. El chico tenía sus manos en las caderas de la teñida pero pronto metió sus manos bajo la camiseta para poder tocar directamente la piel de la chica -. Me apetece jugar, Micchy.

- Lo sé – susurra ella más que roja -. Tu amiguito está despierto.

Manjiro movió sus caderas sin borrar la sonrisa de su cara y escuchó como Takemichi soltaba un pequeño gemido. El oír eso hizo que sonriera más aún y subió sus manos hasta llegar a los pechos de la chica y así poder jugar un poco con ellos. Estaba a punto de quitarle la camiseta para disfrutar de la maravillosa vista, pero unos golpes en la puerta hicieron que se detuviera. Gruñó por la interrupción y maldijo para sus adentros a quien había llamado a la puerta.
Takemichi se quitó de encima más que avergonzada y se tapó con la manta hasta la cabeza.

- ¿Están despiertos, tortolitos? – pregunta Baji, el cual era quien había llamado a la puerta. Mikey lo iba a golpear por interrumpir -. Más les vale que estén presentables, porque voy a entrar y no vengo solo. Chifuyu está conmigo.

- ¡Pasa, la puerta está abierta! – gruñe Manjiro el cual se tumbó en su cama y miró como Takemichi no tenía intención de dar la cara -. Saben que estás aquí, Takemicchy.

- Si no les veo no me ven – susurra ella causando que Mikey soltase una carcajada.

Vio como sus amigos entraban y con ellos llegaba Emma, la cual le traía la ropa lavada y seca a Takemichi. Eso le dio igual a Mikey, pues él también se tapó con la manta quedando cara a cara con la chica. La sonrisa que tenía Manjiro no le gustó a la teñida. Sin previo aviso Mikey la acerca a él mientras le levantaba la camiseta y muerde con suavidad uno de sus pechos. Ella cerró su boca y se la tapó con una mano mientras que con la otra intentaba apartar a Mikey, algo que era imposible.

- Por fin te he dejado una marca – susurra él de lo más orgulloso al admirar el pecho de la chica -. Puedes seguir escondida si quieres. No pienso dejar que te marches hasta terminar lo que hemos empezado – todo eso lo dice con una sonrisa juguetona y le da un rápido beso para después salir de debajo de la manta y encontrarse con tres pares de ojos -. ¿Qué?

Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora