Capítulo 48.

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Bien, el final a llegado. Espero que sea de su agrado la verdad. Solo disfruten. 

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Mikey se despertó temprano a la mañana siguiente, toda una proeza. Aunque ahora fuera un adulto le seguía costando eso de madrugar, solo lo hacía ocasionalmente causando que los demás se sorprendieran. Pero eso ahora no le importaba. Manjiro era el hombre más feliz del universo. Todos sus seres queridos eran felices y él el que más. Takemichi había aceptado casarse con él y también le había dado una muy buena noticia: Iba a ser padre.
No iba a mentir, estaba aterrado pero a la vez muy feliz. No sabía nada sobre el cuidado de los bebés, pero estando junto a Takemichi sabía que lograría todo lo que se propusiera, ya que se seguía sintiendo invencible al estar junto a ella.

Por lo pronto, después de ir al baño para hacer sus necesidades y lavarse los dientes, fue directo a la cocina con móvil en mano. ¿Por qué el móvil? Sencillo. Hasta donde tenía entendido, las mujeres embarazadas no podían comer de todo y quería prepararle un buen desayuno a la mujer que más amaba. Quería mimarla mucho.

Fue mucha la información que encontró. Por lo general el café estaba descartado, aunque en varias páginas ponía que una taza de café diaria no era malo, aun así Mikey no se quería arriesgar. Por lo general todo era bastante razonable. Nada de carnes poco echas, tampoco mariscos o pescados con mucho mercurio y los huevos crudos estaban prohibidos al igual que los lácteos sin pasteurizar. Con eso en mente comenzó a preparar la tetera y también tostó unas rebanadas de pan. Con eso hecho fue a por la fruta, la cual lavó, peló y cortó para hacer una macedonia. Con todo listo lo coloca todo en una bandeja y fue a despertar a Takemichi.

- Buenos días, Micchy – dice Manjiro dejando un rastro de besos por la cara de la chica.

- Buenos días – dice ella con voz dormida pero en su cara había una sonrisa. Entreabre los ojos y se encuentra con el hombre que amaba y le llegó el olor a té y pan tostado -. ¿Cuándo te has levantado?

- Como hace una hora – dice el rubio con una sonrisa colocando la bandeja frente a ella.

Takemichi se quedó mirando el desayuno que Mikey le había preparado. Todo parecía muy apetitoso, pero no para una mujer embarazada con náuseas matutinas. Su olfato ahora estaba mucho más desarrollado y eso hizo que sus náuseas aumentasen. Esperaba que Mikey no se sintiera mal por lo que iba a hacer.

Salió corriendo de la cama con su mano en la boca y corrió hasta el baño. Se agarró fuerte al inodoro y comenzó a vomitar. Era una sensación horrible, pero inevitable. Debía hablar con su madre para que le diera algún consejo, de lo contrario lo pasaría muy mal durante el embarazo. También hablaría con su ginecóloga y con la matrona para saber si las náuseas seguirían durante todo el embarazo.

Mikey se quedó unos segundos de piedra al ver como Takemichi había salido corriendo, pero enseguida reaccionó y corrió para ayudarla. No pudo hacer mucho, solo sujetó su pelo y masajeó su espalda. Estaba preocupado, pero no demasiado. Había leído que era normal las náuseas matutinas en las embarazadas.

- ¿Te encuentras bien? – pregunta Mikey en cuanto Takemichi terminó con las arcadas.

- Sí – susurra ella dejando que Manjiro la cargase hasta dejarla en la encimera del lavamanos -. Se me ha quedado mal cuerpo.

- No pasa nada – dice el rubio comprensivo y comenzó a lavarle los dientes a la chica. Ella lo dejó hacer, pues el haber vomitado la había dejado sin energía. Así que después de lavarse los dientes y hacer pis Mikey la llevó de vuelta a la cama.

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