Capítulo Ocho

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Fiesta en la casa Hamilton 8

Nadie puede alguna vez culparme de ser una verdadera fan de las bebidas alcohólicas, papá no prestaba demasiada atención a lo que hacíamos sus hijos porque teníamos buenos resultados en el colegio y jamás faltábamos a este o a una clase, así que con suerte fui una de las alumnas graduadas de honor en la preparatoria y mis notas son aún excelentes, por lo cual podía y puedo darme el lujo de beber los fines de semana.

Hoy era un día distinto, era el primer fin de semana en el que mis padres no estaban y por obvias razones el jardín de la casa iba a ser la cede de una súper fiesta. Cris controlaba las entradas a la casa para que ningún extraño terminara teniendo sexo en alguna habitación o vomitando en algún objeto preciado para mamá. Christopher se encargaba de comprar las bebidas junto a Carl, Calun aportaba la música ya que conocía a él mejor DJ de la ciudad, Connor divulgó la noticia de que en casa hay fiesta y trató de buscar la mayor cantidad de personas para que vinieran. ¿Mi trabajo? Hablar con Gray, mi ex ligue oficial de policía para que nos dejara hacer la fiesta en paz.

La casa es grande, inmensa para ser exacta, el jardín no podía ser de otro modo. Mamá no amaba las plantas así que no habían muchas y ninguna era más especial que la otra, en el fondo hay una pequeña piscina que en realidad jamás usamos por lo que está tapada y hay un enorme espacio de césped verde donde bailar.

Cuando dieron las siete de la noche todos estábamos alistándonos para ser unos anfitriones de puta madre.

Mi cabello se encontraba peinado hacia atrás, fijado con laca y por los lados decidí ponerle brillo, mucho brillo. Mi cara no tenía nada de maquillaje y mis labios solo estaban humectados con un bálsamo para el frío de fresas, mi busto lucía un sujetador negro cubierto por una blusa transparente oscura, unos shorts de jeans y unas botas cazadoras marrón oscuro casi negras.

Mis hermanos me esperaban en el primer piso de la casa, cuando me vieron bajar todos silbaron y yo sonreí como la diva que soy.

—Tendremos que hablar acerca de esos shorts —habló simio cinco.

—Métete en tu propia mierda Connor —pasé mi vista por la sala y me quedé un rato en una figura masculina de cabellos negros y piel pálida que miraba su celular.

Terminé de bajar las escaleras y le quité una botella de vodka a simio cuatro que me miró mal pero luego siguió su camino al jardín. Todos estaban en sus cosas y nadie me prestó atención cuando tomé a Ander por un brazo y me adentré con él a la cocina.

—¿Qué mier... —sus ojos chocaron conmigo y su boca se abrió en señal de asombro.

—Hola Ander —sonreí con coquetería y me senté en la barra que había en la cocina— Hoy vamos a aprender a beber con Claudia —levanté la botella de alcohol y sus ojos fueron de esta a mis piernas abiertas delante de él.

Me di tiempo de observarlo, es guapo, realmente guapo. Vestía con un abrigo que le quedaba unas tallas más grandes negro, unos jeans de mezclilla y unas botas cazadoras negras. Me encantaba este chico y si fueras alguien ajeno que pasaba mirando podrías hasta pensar que éramos una pareja combinada que estaba pasando un momento de tensión sexual súper fuerte.

—Yo estaba... —elevé mis cejas esperando a que dijera con una chica pero para mi sorpresa apagó el celular y lo puso en la encimera— Olvídalo.

Amo cuando un hombre es decidido, y este a pesar de ser más joven que yo demostraba ser completamente consciente de lo que iba a suceder.

—Qué edad tienes? —interrogué al tiempo que abrí la botella y di un trago.

I Did Something Bad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora