Jugar con la ganadora 20
Había quedado en cenar en la casa de Ruth, obviamente idea salida de esta cabeza. Haríamos una cena muy íntima y familiar para el reencuentro de la familia, era la excusa perfecta para tener un nuevo encuentro con Jung. Sí, tenía un nuevo capricho.
—¡Oh por dios! —la pelirroja abrió la puerta de su casa y se había quedado casi pasmada.
—Hola a ti también Ruth —saludé y le regalé una de mis mejores sonrisas.
—¿Te has visto en un espejo? —me echó una ojeada de pies a cabeza— ¿Has pensado bien esto?
¿Qué si me había mirado? Obviamente.
—Pareces una diosa —exclamó y eso sólo hizo que mi sonrisa creciera— ¿Pero de dónde has sacado ese vestido?
El vestido me lo compré hace dos meses, y pensarán que es extravagante, la verdad es que si —introducir risa maliciosa— Me lo compré en una tienda de diseñador donde trabaja Kamil —ligue de mi hermano Christopher— Es negro, justo como la mayoría de mi ropa y a quien quiero engañar, parezco la reencarnación de Afrodita.
—Espero que mi primo no sea ciego —mencionó ella apartándose para dejarme pasar.
—Lo único que espero es que no ponga mis expectativas por el suelo —entro en la casa y me muevo a paso lento hasta que llego a la sala donde está sentado el padre de mi amiga hablando con un señor.
—Buenas noches —hago acto de presencia con mi voz y ambos se giran encontrándose con mi figura plantada en medio del salón.
—¡Claudia! —exclama el señor Workman al verme— Estás fabulosa.
—Buena noche señor Workman —saludé con un asentimiento de cabeza.
—Llámame Jon cariño —él se levantó de su lugar y se acercó para dejar un beso en mi mejilla.
Una pena que sea veinte años mayor y el padre de mi mejor amiga, Jon Workman es en verdad el hombre de cincuenta años más sexy que he visto en mi vida.
—Buena noche señor... —extendí mi mano hacia el que supuse era el padre de Jung.
—Kim —estrechó su mano con la mía— Kim Min Ho, pero solo llámame Kim.
Su sonrisa era cálida, tenía ese porte elegante y sofisticado que lo hacía lucir joven pero experto, inteligente. Es alto, muy alto, pero creo que no tanto como su hijo, sus ojos y cabello son indiscutiblemente iguales.
—Me parece que tú madre está demasiado estresada para hacer acto de presencia en nuestra humilde cena —una mujer de unos cuarenta y tantos años entró al lugar —¿Quieres intentarlo querida?
La pregunta iba dirigida a Ruth que simplemente agachó la mirada y negó lentamente con la cabeza .
—Mejor que no —se encogió de hombros y me miró— Claudia, estos son Hellen y Kim mis tíos.
Ok ya me había presentado, ahora solo queda ver la expresión en los rostros.
Hellen es una mujer preciosa, de cabello negro, ojos café oscuro y delgadez natural. Lleva un vestido gris hasta las rodillas y el cabello recogido en un elegante moño.
—Un placer cielo —me sonríe y viene directo a mi para dejar un beso en mi mejilla al igual que el padre de mi amiga.
—Es un gusto señora Kim —ella me sonríe un poco extrañada.
—Eres la primera chica que sabe cuál es el apellido de mi marido —regresa al lado del mencionado y este pasa una mano por su cintura.
—Claudia es una amante de la cultura universal —interviene Ruth— Además de tener toda la discografía de SS501 —eso ocasiona una risa en los presentes y hace que hasta yo misma me contagie y termine riendo.
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I Did Something Bad
Teen FictionNo confíes... No esperes nada de nadie... Porque nunca sabes que puede pasar al final... Claudia Hamilton una chica poco convencional que odia las etiquetas y se considera una de las personas más mordaces y sinceras del país... Si esa es ella... Él...