I Did Something Bad

Capítulo veinte

Rojo

La vida puede jugarte malas bromas, como cuando te gusta alguien y te lo encuentras en cada puta esquina pero no tienes el valor necesario para decirle que te gusta. Pues yo pensé que esto sería otra de las muchas veces que me fijaba en un hombre sexy, pero no.

Jung resultó ser un hombre inteligente, sexy, caliente y por más que les sorprenda a todas, resultó ser un caballero en toda regla.

El lunes había llegado a su oficina y me había atendido el mismo, ni siquiera dejo que la rubia tetona de su secretaria me dirigiera la palabra. Su oficina me había encantado y el hecho de que supiera que todo este lo había levantado él solo hacía que me pusiera más caliente.

Luego de esa reunión donde más de una vez lo atrapé mirando mi escote pero dejé pasar porque no quería que me volviera a dejar caliente, me había invitado a tomar un café y habíamos hablado mucho, sobre mis hermanos, sobre Ruth y de cómo había levantado una empresa tan exitosa en solo tres años.

—No creo que ese color sea el más indicado para visitar a tus suegros —llevé una palomita a mi boca y me acomodé más en mi cama.

Cris estaba totalmente nervioso, por lo general jamás lo veo titubear acerca de algo pero este día iría a cenar a la casa de una chica que le gustaba, lo cual está de más decir que me sorprendió de maneras inimaginables. Cris es un mujeriego sin causa que se acuesta con toda chica guapa qué pasa por delante suyo. Jamás... en serio... ¡¡¡JAMÁS!!! Ha ido a la casa de alguna de ellas a cenar y es que no debe de acordarse del nombre de ninguna.

—¿Y que carajo me pongo? —se volteó hacia mi luciendo realmente nervioso y la vena qué pasa por su cuello se empezó a notar un poquito.

Mis hermanos son altos, realmente altos, pero Cris es el más alto de todos, cabello negro, mandíbula perfilada y tez pálida. Realmente guapo.

—Empezando por ponerte una camiseta negra de las comunes y un abrigo marrón de los largos que usas para ir a cenar con papá y mamá —esa idea pareció gustarle porque salió corriendo de mi cuarto supongo que a cambiarse.

Con un puñado de palomitas en mi boca puse de nuevo play a la película de comedia que intentaba ver por quinta vez en un día. Pero como si dios me odiara mi teléfono comenzó a sonar.

Ruth llamada entrante

Ruth estaría hoy con Jack en una cabaña, así que supuse que no me llamaría en todo el día.

—Si me llamas después de tener una sección agotante de sexo puedes irte mandando a hacer el ataúd porque juro que te ... —mis palabras se cortaron cuando escuché un sollozo del otro lado de la línea— ¿Qué pasa Ruth?

Estaba asustada, hace mucho tiempo no me sentía así. ¡Mierda!

—Yo —escuché como sorbía su nariz— El intentó que yo... —silencio— Y yo no quería —se escuchan golpes en una puerta y me levanto de la cama de un salto— No quiero Claudia, no quiero.

La voz desesperada de mi amiga me hace querer llorar y salgo corriendo de mi casa con las llaves del auto en mis manos.

—Dirección Ruth —ella me dice dónde está el lugar y no queda a más de media hora— Escúchame, no cuelgues, mantente en la línea todo el tiempo.

Los golpes en la puerta al otro lado de la línea opacaron un poco la voz de mi amiga afirmando que se quedaría del otro lado de la línea.

—Connor —mi hermano que venía con un amigo me miró algo asustado así que debo llevar una cara de querer asesinar a alguien que ni te cuento— Sube al auto ¡Ya! —grité cuando lo vi estático.