Hagamos un trío 15
La música estridente resonaba en mis oídos y el bajo hacía qué mi pecho vibrara mientras mis piernas se movían en la pista de baile.
Había escogido el atuendo perfecto, un vestido negro transparente de la cintura para arriba con unas botas cazadoras. Ruth reía y bailaba junto a mí y los chicos de la universidad, ambas estábamos bebiendo y disfrutando como locas de la noche que llevábamos.
—Voy al baño —la escuché gritar en mi oído.
—Voy fuera a fumar —le dije en el mismo tono de voz y asintió.
Salí de la gran masa de chicos y chicas que bailaban como locos y me dirigí al jardín delantero donde había muchísimo césped esperando a mi sensual culo.
Aquí sentada podía escuchar lo que pasaba dentro pero de una manera más baja, saqué la caja de cigarros de mi sostén y encendí uno. La noche era perfecta, habíamos jugado birrabong y Ruth me había besado como penitencia, mi hermano Carl se había ido temprano a casa y nada podía alterar mi entorno.
Y como si dios me escuchara y me odiara.
Un chico salió en ese momento de la fiesta corriendo, parecía un poco asustado, iba todo de negro al igual que yo, era alto y moreno pero su rostro no se veía por la oscuridad. Cuando estuvo fuera comenzó a reírse muy fuerte y se puso a buscar algo en sus pantalones, encontró una caja de cigarros y luego miró a su alrededor hasta que sus ojos chocaron con los míos.
—Hola —giré mi cabeza hasta el lado contrario para que ignorara el hecho de que me encontraba allí fumando—¿Puedes darme para prender?
Me resigné a que no iba a irse y volví a buscarlo con la mirada, estaba justo a mi lado. Le extendí el encendedor y luego me lo guarde de nuevo.
—¿Puedo sentarme? —no respondí pero igual sentí que su chaqueta de piel negra me rozaba al sentarse cerca.
—No he dicho que quisiera tú compañía —miro al frente y suelto el humo del cigarro por mis labios.
—Tampoco es que tenga que pedirte permiso para sentarme en el césped de una casa que no es tuya —soltó muy mordaz y eso por más extraño que llegue a parecer me agradó.
Un silencio llenó el lugar que solo era amortiguado por la música estridente que se escuchaba a la distancia.
—Fumar acorta la vida —dejó caer para luego reírse— Es una mierda que todo lo divertido acorte la puta vida.
No quería tener esta charla con un desconocido así que me levanté, tiré el cigarro que iba solo por la mitad al suelo y lo aplasté con la bota para dirigirme dentro de la casa y dejar al chico loco fuera y a una distancia prudente.
—Pensaba que estabas fumando —fue lo primero que me dijo Ruth cuando llegué a ella en el lugar donde habían muchas bebidas— Greg me ha dicho que quiere almorzar mañana conmigo.
Le sonreí y tomando una botella en mi mano nos dirigí a la pista de baile de nuevo.
Unas manos en mi cintura me hicieron voltear para chocar unos hermosos ojos azules, Ander.
—Hola —gritó cerca de mi oído para que lo escuchara.
No tenía que hablar mucho, lo miré un instante y dos segundos después nuestras bocas estaban unidas en un beso.
No sabría explicarles lo que sentía cuando estaba con Ander, todo el me llamaba, su olor me embriagaba y cada parte de mí quería tenerlo muy cerca.
—Estás más que preciosa hoy —sonreí y me giré dándole una vista perfecta de mi trasero— Estás más sexy de lo que recuerdo.
Ruth me miró divertida mientras bailaba y yo supe que había notado la atracción inexplicable entre este chico y yo.
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Eran las cuatro de la mañana cuando Ander, Ruth y yo estábamos sentados en una tienda que trabaja veinticuatro horas comiendo una pizza y tomando unas bebidas.
—Hoy ha sido muy divertido —mi ahora amiga pelirroja terminó de comer su trozo de pizza y llevó la bebida dietética a sus labios.
—La verdad es que si —Ander encendió un cigarro y me extendió la caja pero decliné su propuesta— ¿A dónde van ahora?
Ruth me miró preguntándome si de verdad este chico se nos uniría y por mi cabeza pasó una idea muy buena.
—¿Tus padres están de viaje hasta el martes, no Ruth? —ella asintió y entendió un poco lo que yo quería—¿Podemos quedarnos en tu casa?
—Obvio —terminó su bebida y miró a Ander por unos segundos.
—¿Te gusta lo que ves? —preguntó el con un tono socarrón.
Me reí de lo roja que se puso mi pálida amiga y supe en ese entonces que Ander estaba pensando en lo mismo que yo.
—Ruth —ella me miró— ¿Eres Virgen?
Ella negó lentamente con su cabeza pero sin apartar su mirada de la mía y supe que decía la verdad.
—¿Has hecho un trío alguna vez? —está vez fue Ander quien le preguntó y la respuesta fue la misma— ¿Te gustaría intentarlo?
La cara de Ruth puede bien haberse puesto del color de su cabello. Entonces me miró y sonrió con timidez.
—Ella está dispuesta a probarlo Ander —el chico sonrió y yo aún más— Esta noche no hace más que ponerse interesante.
Nota súper importante... 😶 El capítulo continuo a este es un poquitín fuerte así que si no es de su agrado no lo lea... La historia seguirá con su hilo normal así que no es necesario leerlo.
Entonces nos leemos en el próximo capítulo... un beso 🙂 las kakamodoro💜💜💜
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I Did Something Bad
Novela JuvenilNo confíes... No esperes nada de nadie... Porque nunca sabes que puede pasar al final... Claudia Hamilton una chica poco convencional que odia las etiquetas y se considera una de las personas más mordaces y sinceras del país... Si esa es ella... Él...