Ruth y los Workman's 11
Estaba sentada en la cama de una enorme habitación, aún más grande que la mía, en un colchón mullido y sabanas de seda. Justo frente a mi la dueña de la habitación con un rastro de llanto en su nariz y mejillas.
—Cuando era una niña mamá me obligaba a hacer dietas espantosas —estaba sentada en posición de indio frente a mi— Así que cuando podía me robaba los dulces y comía de más en el colegio —ya no llora pero hipa algunas veces— Por eso estoy gorda.
—Mira Ruth —le tomo una mano y atraigo su atención a mis ojos— Todos en algún momento nos sentimos feos, nadie por más fuerte que sea nunca llora y ese cuerpo perfecto que quieres no existe. No te dejes engañar, no dejes que tu madre controle tu vida —me mira y sonríe un poco.
«Enséñale que ya tienes veintiún años, ella no tiene porque comprarte ropa y del tema de los chicos hablamos después porque resulta —me levanto de la cama y le sonrío— Qué hay una fiesta en el primer piso y mi cita está solo y rodeado de mujeres así que hagamos esto rápido.»
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Bajo las escaleras y camino entre las personas hasta llegar al lado de Harry que me sonríe y pasa una mano por mi cintura.
—¿Dónde se encontraba mi deslumbrante cita? —me miró sonriendo y yo me encogí de hombros.
—Por ahí —le resté importancia y me giré hacia las escaleras cuando escuché unos jadeos a mi alrededor.
Ruth luce preciosa, llevaba un vestido azul marino hasta las rodillas, la tela brilla con el contraste de la luz en este salón. Sin escote y ajustado hasta debajo del busto desde donde cae en forma de campana. Su cabello antes recogido en un feo moño en lo alto de su cabeza, ahora luce precioso desordenado y rizado natural.
Ella es preciosa, tiene sobrepeso pero luce totalmente genial, ahora que lleva unos zapatos de tacón puedo jurar que se ve como otra chica, la verdadera joven detrás de aquella ropa horrorosa.
Sonrío y la veo bajar los escalones con una sonrisa algo insegura pero más animada, después de todo no se superan todos los miedos de un día al otro y por obvias razones no piensas igual que yo después de tres palabras.
—¿Se puede saber que es esto? —la que supongo es su madre llega hasta ella y le aprieta el brazo.
—Un vestido mamá —le dice ella y suelta su agarre con brusquedad.
Un señor que bien podría ser el hombre de cincuenta años más sexy de este lugar se acerca a la pelirroja y besa su frente.
—Estás preciosa cariño —le sonríe y deduzco que por ese cabello color sangre es su padre.
—Cuando termine todo esto tenemos que hablar papá —le menciona ella y él asiente.
Me giro con una sonrisa triunfadora en el rostro y Harry me observa con una ceja alzada.
—Algo me dice que tú tienes que ver con todo esto —me ofrece una mano y la acepto.
—Ese algo —comenzamos a caminar hasta la salida— Está en lo cierto —el ríe sonoramente y comienzo a adorar esa risa ronca— Te dije que siempre soy sincera. También soy buena con las personas indicadas —él me escucha con atención mientras caminamos buscando su auto.
«Al pensar en qué hay chicas que odian como se ven me dan ganas de golpearlas —mi comentario lo vuelve a hacer reír— Es en serio —se calma y carraspea su garganta— Las mujeres somos hermosas, debes creerlo para que los demás lo crean. ¿Qué pasa si tienes la nariz grande o los labios pequeños? ¿Quién dijo que cada parte del cuerpo debe ser de cierta forma o tamaño? —el me da la razón y abre la puerta para mi, cuando estamos dentro continuo con mi monólogo— ¿Es tan difícil de entender?»
—Para algunas chicas —enciende el auto— Piensan que nosotros buscamos un físico perfecto y que sólo nos fijamos en un lindo trasero —niega como la cabeza y hace una mueca con los labios— Si bien es cierto que todo entra por la vista también es verdad que si te conozco y tú personalidad no llama mi atención no vas a pasar de ser un ligue de una noche —explica cuando ya estamos en la carretera.
—Entonces cuando les dices que son hermosas ellas no lo creen —miro las casas a través de la ventana— Ese es el problema con ellas. Cuando me miro al espejo veo a una chica fantástica, con estrías, celulitis, marcas de acné, algunos kilos de mas, manchas por el sol y cicatrices en las rodillas debido a ser traviesa o abusar del chocolate y la pizza en los casos anteriores. Pero pese a todo eso, sigo viéndome genial, no tengo nada malo, no dudo en ponerme algo lindo o sexi porque tengo pancita o corro a cubrir mi cara con maquillaje por tener un grano. Me amo así.
«Y no estoy criticando a las chicas que se maquillan, operan o cuidan su cuerpo para verse bellas y sentirse cómodas con ellas mismas, pero me molesta que lo hagan para estar dentro de un puto estereotipo, para que las personas las acepten —tomo aire y sigo hablando como si estuviera sola—Me indigna que lo hagan para un chico y no porque quieran hacerlo. Por eso ayudé a Ruth hoy. Me parece injusto que tenga que sufrir por no ser lo que la gente espera, por no entrar dentro de los estándares de belleza, es preciosa a su manera al igual que todas nosotras, somos hermosas a nuestra forma»
Escuchó un chiflido y me giro riendo hacia mi lado donde se encuentra un sexy hombre en traje.
—Por eso es que me gustas -me miró con los ojos brillantes— Toda esa fuerza y sinceridad —entrecierra los ojos en mi dirección y me doy cuenta de que estamos en un semáforo en rojo— Eres muy especial y auténtica, me encanta que jamás te quedes callada a nada y que sigas el tonteo sin ponerte roja o avergonzarte si te llaman hermosa —desabrocha su cinturón y se acerca a mi— Eso es lo que me gusta de ti pequeña fiereza.
Me río y lo beso, un beso lleno de fuerza y pasión. Sus labios juegan con los míos y su lengua se introduce en mi boca.
Había besado a Harry antes, un montón de veces ya. Habíamos quedado en la oficina qué hay en casa y nos habíamos besado mucho, pero nada como esto.
Me faltaba el aire y quería más de este beso, quería tenerlo más cerca y quitarle toda esa ropa, pero el sonido de bocinas de autos sonando nos indicó que retrasaríamos el tráfico y él se llevaría una multa por ello, así que arrancó el auto nuevamente para dirigirlo a mi casa.
Definitivamente he encontrado algo con este chico pero... ¿Quiero algo serio?
7.7 Ahora si... Nuestra prota en multimedia... Quería aclarar algo y que las fotos de los personajes es solo como me los imagino, ustedes pueden tener una imagen distinta de ellos y estará bien 💜
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I Did Something Bad
Teen FictionNo confíes... No esperes nada de nadie... Porque nunca sabes que puede pasar al final... Claudia Hamilton una chica poco convencional que odia las etiquetas y se considera una de las personas más mordaces y sinceras del país... Si esa es ella... Él...