•『 ✶ Love story ✶ 』•

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Cuando Minho se marchó de la habitación, sintió como que alguien agarraba varios sentimientos, los metía en una olla y comenzaba a rebatirlos rápidamente, impidiendole descifrar bien cada uno de ellos. Sin embargo, la que más intensidad y contenido tenía era; la tristeza.

La forma tan fría en la que le habló, la forma en la que le miró y como su rostro se veía tan neutro con el sorpresivo recuentro de ambos, lo entristecio

Quizás, sólo él fue quien extrañaba su amistad, quién pensaba en el otro, quien andaba deseando que el destino vuelva a juntar sus caminos, quien creía que todos sus recuerdos eran inolvidable.

Lo ocultó, escondió cada sentimiento que traía el recuerdo de Minho, fingió por tanto tiempo, pero ahora que lo tenía durmiendo a unos pocos metros de él, el castillo de arena que había armado, se desmoronó con un débil soplido, tirando abajo sin algún problema las paredes que fueron creadas con tanta fuerza, y preparadas para soportar cualquier soplido. 

¿Habrá pensando en él? ¿Lo extraño? ¿Su ausencia tuvo algún peso en su vida?

Tantas preguntas estaban en su mente, pero no tenía el valor para buscar las respuestas.

Se arrepentia tanto, se arrepentia por haberle dado la espalda y fingir que no le importaba, por no haberlo buscado cuando pudo. Lo tenía en frente, y quería decirle tantad cosas que se guardó, abrazarlo, y dormir junto a él, como cuando eran amigos. Pero no podía.

Quería que le diga que lo extraño, que pensó en él, que lo quería, mirándole a la cara, sin importar si eran mentiras, sólo quería escucharlo decir eso.

Minho seguía igual de precioso, y eso no le ayudaba en nada a ocultar los sentimientos que tenía por él, ¿podría evitar mirarlo cuando ambos se encuentren conscientes? ¿Podría vivir junto al mayor por un año, sin terminar rendido a sus pies?

Decidió darse la vuelta y dormir, dejar de mirarlo como si fuera la única persona en el mundo, no podía dejar que los agapórnis en su estómago extiendan por completo sus alas.

Nunca diría en voz alta que en este tiempo se había dado cuenta que Junghoon fue (y es) una distracción, para aliviar el dolor que causaba la ausencia de Minho, tampoco tenía pensnado contar que quizás, se había dado cuenta que lo quería, pero no de la misma forma de antes, y posiblemente, ahora Minho nunca lo quiera de la misma forma.

¿Por qué volvería a mirarlo?

Suspiró cansando, y cerró sus ojos para intentar dormir, pero de inmediato, a su mente vinieron los recuerdos de la fiesta, aquella maldita fiesta que había complicado todo entre ellos.

Los recuerdos de los labios de Minho sobre los suyos, sus manos en su cuerpo, todo, se repetía una y otra vez, como sí de un disco rallado se tratará, no podía olvidarlo, ni superarlo.

Abrió los ojos y miró al techo, deseando que las cartas se mezclen nuevamente, y que se acomeden para que una nueva oportunidad aparezca, y lo prometía, esta vez lo haría bien.