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Solto un suspiro pesado. Lo único que quería en ese preciso momento era poder llegar a su casa y beber hasta el anochecer; pero para su mala suerte aun tenía varias cosas que cumplir respecto, a realmente, cosas bastante variadas.
Mientras caminaba por las calles, veía a la gente murmurar cosas con asombro y le comenzó a picar la curiosidad, una gran parte de ella quería saber que estaba pasando.
—Si, los shelby..
Escucho la oración por la mitad. Debía admitir que al escuchar el apellido shelby la curiosidad abandono su cuerpo por completo; esa familia siempre daba de que hablar, por lo que ya no lograban sorprenderla con nada.
—Dicen que fue culpa de thomas shelby...
Fruncio el ceño y fingió concentrarse en los trozos de tela que posiblemente iba a comprar de todas formas, pero no quería ser tan obvia al estar escuchando conversaciones ajenas.
—No lo se, al parecer la mayoría de ellos fueron arrestados.—Termino la oración otra mujer que se unía a la ronda. Al parecer era el tema del momento y todos sabían que estaba pasando, menos ella.
—¡Athenea!—La llamaron.
—¿Si?—Fingió no saber de que estaban hablando con una ligera sonrisa, que fue devuelta por las señoras.
—¿No has escuchado algo? Sabes, eres la que se encarga de los trajes de esa familia.—Pregunto con curiosidad, la mujer de cabello castaño.
Negó levemente.—Hace mucho no trabajo para ellos y no he escuchado si paso algo con los shelby's.
—Si te enteras de algo, no dudes en decirnos.
—Claro, por supuesto.—Sonrió antes de seguir con su compra de telas para algunos atuendos que tenía en mente para hacer.
Aunque la noticia de que posiblemente la mayoría de la familia shelby hubiera sido arrestada y por culpa de thomas, no abandonaba su cabeza.
Incluso siguió pensando en eso cuando llego a casa y mientras acomodaba las cosas en su estudio se puso a pensar de forma inconsciente, una forma para poder hablar con thomas.
—Charlie shelby..
Se susurro a si misma. Hace algunas semanas cuando le hizo un traje a thomas, prometió hacerle un traje al pequeño heredero. Era la idea perfecta para acercarse a thomas y disimuladamente averiguar que había sucedido.
Esperaba que el dicho no fuera verdad.
La curiosidad mato al gato.
¿No?
Aprovecho toda la noche para preparar el traje, uno muy parecido al modelo que solía usar el padre del pequeño charlie.
Casi no durmió, para poder terminarlo en la mañana.
Esperaba que su idea funcionara, y que no la recibiera una de las sirvientas de la casa o otra persona que ella no quisiera ver.
