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NARRADOR||
Había tenido tanto miedo cuando se entero de su embarazo. Miedo a ser una mala madre, miedo a criarlo mal y tener un mal hijo, fueron muchos miedos que poco a poco se fueron borrando de su mente, porque su hijo era un adolescente admirable. Era responsable, inteligente y un amor de persona, tenía un corazón noble, estaba muy orgullosa del niño que estaba criando por si sola.
Mientras tejía una manta, lo escuchaba hablar sobre un nuevo amigo con el mismo amor que él por los caballos. Una sonrisa adornaba el rostro de athenea al escucharlo hablar con tanta emoción sobre las cosas que le gustaban.
-Quiero que lo conozcas.-Le comento sentándose en el sofá individual frente a su madre que lo miro con seriedad.-Vamos mamá, es un buen amigo y vas a amarlo! Te lo prometo.
-Cariño.. -Divagó en que decirle, pero la mirada de kyle lograba convencerla de todo.-¡Bien! Puedes traerlo a la casa.
Su miedo más fuerte: dejarlo volar. Que conociera gente, que pudieran lastimarlo. Ella necesitaba cuidarlo del mundo y sus maldades.
-¿En serio? ¿Mañana?
Ella asintió nuevamente con una sonrisa.-Si, claro.. Preparare alguna tarta o muffins para ustedes.
-¡Asombroso! ¡Eres la mejor mamá del mundo!-Dijo con emoción tirandosele arriba para poder abrazarla con todas sus fuerzas, haciéndola reír.
Se separo de ella con mucha felicidad y compartió miradas cómplices con su abuela antes de irse hacía su cuarto, era un poco tarde ya.
-¿Por qué aceptaste?
Miro a su hija.
-Mamá.. No empieces..-Pidió en un suspiro dejando la agujas de tejer aun lado con cansancio, le dolía la cabeza.-Solo quiero que él tenga amigos, que comience a tener una vida más normal.
-Mm no lo se, tengo mis dudas.
-No puedo mantenerlo seguro para siempre, ya es un adolecente y quiere tener su vida, es solo un amigo.. No pasara nada malo.-Intento convencer a su madre y a ella misma también, aunque no se diera cuenta de eso.
-Siento a los blinders cerca y eso me asusta, hija.-Admitió sirviendose un vaso de whisky. Últimamente estaba bebiendo un poco más de lo usual.
-¿De qué estas hablando?-Se acerco a su madre, hablando en un tono más bajo. No entendía lo que le estaba diciendo.
-No lo se, un presentimiento tal vez.. Son cosas mías, solo tengo miedo de que kyle pueda estar cerca de ellos, cada vez es más complicado tenerlo lejos de todo.-Suspiro.
-Si.. Lo se.. Pero ya pasaron muchos años, ellos no nos han buscado y dudo que lo hagan ahora.-Sentencio con seriedad.
Se encontraban demasiado lejos de ellos como para que algo o alguien de los blinders llegara a kyle.
-Bien, tienes razón.
-Relajate mamá. Te juro por mi vida, que thomas no se acercara a mi hijo y mucho menos su gente, me tendrán que matar antes.-Sentencio.
-No digas eso niña.. Dios no lo permita.
-Thomas es capaz de muchas cosas, mamá. Pero no me pondría una mano encima, ni permitiría que alguien lo hiciera y es de lo único que estoy segura.
-Deja de tener expectativas en ese hombre. Tal vez un día, te tragues esas palabras.-Comento sirviéndose otro vaso de whisky.
-Ya deja eso, mamá.
Pidió.
-Sabes que kyle odia que bebas.
-Él no esta aquí.
Suspiro con cansancio.-Bien, me iré a dormir. Deberías hacer lo mismo madre.
-Si, claro. Descansa.
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Se sento en la cama, repentinamente. Miro a su lado, kyle estaba sumamente dormido abrazando una almohada, ¿En qué momento se paso a su cama? No lo sabia, pero le aliviaba tenerlo cerca porque juraba haber escuchado un ruido en el piso de abajo y estaba casi segura que no era algo en su imaginación.
Cerro la puerta de su habitación con delicadeza, asegurándose que nadie lo notara. Se acerco a las escaleras tomando una bocanada de aire y comenzó a bajar las mismas.
Su caminar se freno de golpe en el final de las escaleras, delante de la sala de estar viendo fijamente los ojos azules de aquel hombre que estaban siendo alumbrados por la luz de la luna que se adentraba por el ventanal que daba al jardin trasero.
Su mente grito thomas y su piel se erizo, pero esos ojos eran demasiado calidos para ser él.
-Finn shelby.
-Athenea, cuanto tiempo..
-Vete de mi casa, finn.-Ordeno en voz baja, sin moverse del final de las escaleras. Su peor sueño se estaba haciendo realidad.
-Tenemos que hablar.-Se levanto del sofá acomodando su traje y se acerco unos pocos pasos hacia ella.-Nea, por favor baja esa arma.-Pidio con total asombro.
-No me hagas repetir la misma mierda dos veces.-Le saco el seguro al arma. Su corazón iba a mil por hora, no estaba segura de nada.
-Vine desarmado, solo te estoy pidiendo que hablemos.. -Le pidió levantando ligeramente las manos.
-Yo no tengo nada de que hablar contigo, así que vete y no me hagas hacer algo de lo que me pueda arrepentir.
-Bien, me iré. Pero te vas a arrepentir de todo esto, él es como nosotros..
