CAPÍTULO 8: NO ME CONOCE, SR. SHELBY

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El abrigo negro sobre sus hombros no parecía ser suficiente para cubrir el frío que sentía en esos momentos. Estaban en la ceremonia del funeral de john, lo estaban haciendo al aire libre a pesar del peligro inminente que corrían a estar tan expuestos.

Mantuvo su mirada en sus manos escuchando atentamente todo lo que thomas decía en honor a su hermano, para poder despedirlo como se debía y como él hubiera querido. Levanto su mirada cuando tommy tiro el cerillo que prendió fuego la carroza donde se encontraba john.

Mientras veía el fuego hacerse más fuerte, una especie de nostálgica llego a su cuerpo haciéndola sentir extraña, aunque no pudo ni pensarlo cuando se escucho un disparo a lo lejos.

Ada, la agarro del brazo y juntas se agacharon por precaución, junto a polly. Pero, rápidamente se volvieron a levantar cuando thomas aviso que los disparos eran de los suyos, que no debían disparar, que nadie estaba en peligro.

Polly, fue la primera en quejarse acusando a tommy de usar el funeral de su hermano para algo así, había usado a todos como carnada o eso decía polly.

—Curly, prepara un bote para llevar los cuerpos a la ciudad. Y otro bote, para quién no quiera ser parte de esto. Porque así serán las cosas. Polly!— Sentencio viendo como pol se alejaba del lugar.

La pelinegra al instante noto lo estresado que se sentía y lo importante que era polly para que él pudiera mantener la compostura, para no desmoronarse.

—No me quedare para esto, Arthur. Me voy a casa.—La suave voz de linda llego a los oídos de todos.

—¿Si? La casa es en 57 Watery lane. Ve allí, cierra la puerta y esperame.— Dijo arthur entregándole la llave de la casa, pero linda no hablaba de esa casa.

Ada, tomo las riendas del asunto siguiendo a linda para dejarle muy en claro lo que debía hacer en ese preciso momento si no quería problemas.

Athenea, vio a los hombres alejarse con los cadáveres de esos italianos y se acerco a thomas llamando su atención al instante.

—Me iré a casa con ada, estaremos con los niños.—Le aviso en un tono de voz suave manteniendo su mano apoyada en el brazo del contrario.

—Ten cuidado, mantengan todo cerrado y intenten no salir solas o donde no haya gente nuestra.—Le recordó.

—Tranquilo, se cuidarme.

—Lo sé, pero estos son hombres peligrosos, athenea. No estamos hablando de un juego.—Insistió con el tema.

—Se nota que aun no me conoce, señor shelby. Nos debemos una larga charla cuando esto termine.—Sonrió antes de comenzar a alejarse de la zona yendose por donde se habían ido ada y linda.

¿Realmente había tanto que no conocía sobre ella?

¿Qué tan interesante puede ser la vida de una diseñadora?

Sin dudas necesitaban tener una larga charla junto a una partida de ajedrez, la joven aun le debía su revancha en ese juego.

Thomas shelby se moría de curiosidad y de ansiedad por conocerla, por saber cada pequeña cosa sobre ella. Quería conocerla tanto como si fuera su propia arma.

DANGEROUS BLINDERS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora