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Q U E D A T E E S T A N O C H E
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Cuando la joven termino de contarle la charla que había tenido con charlie, thomas entendió porque ella se encontraba llorando en silencio dentro del cuarto, ella iba a irse de su lado y no sonaba a que iba a volver, ¿Pero, como le explicas eso a un niño pequeño? Incluso, el mismo thomas shelby, se negaba a aceptar la decisión de la pelinegra.
—¿Vas a irte?
Fue lo único que pudo decir en ese momento, no tenía otras palabras para ella. Las busco, pero no pudo encontrarlas.
—Debo encontrar a mi madre, thomas.
—¿Y nosotros?
— Tienes a lizzie.. — Le recordó.
El hombre de ojos azules y mirada cansada, abrió ligeramente su boca, pero las palabras parecían no querer salir en ese instante, y volvió a cerrar su boca.
—Tienes una familia hermosa, tom. Tienes que cuidar de ellos, de tus hijos e intentar no seguir en estos problemas.. Intenta ser feliz por ellos, yo intentare lo mismo en nueva york, tal vez algún día nos volvamos a ver.— Le dijo con una sonrisa y los ojos llorosos, ella no quería dejarlos atrás.
— Quedate, athenea.— Pidió acercándose a ella para agarrarla de las manos con suma delicadeza.— Esta noche, quedate conmigo y en la mañana, me encargare que llegues a tiempo para tu viaje.— Murmuro presionando su frente contra la de ella.
—Thomas..
—Por favor, solo esta noche..
Ella asintió suavemente dejando que las lágrimas bajaran por sus mejillas, empapando su rostro por completo. Él apoyo sus manos sobre el delicado rostro de la joven pelinegra, acercándose un poco más hasta poder atrapar los carnosos labios de su chica, formando un pequeño beso que lentamente comenzó a subir de tono.
Athenea aferro sus manos a la ropa de tom, queriendo estar lo más cerca que podía de él en ese momento, mientras que thomas la tenía agarrada de la cintura presionándola contra su cuerpo.
Habían anhelado tanto el hecho de poder olvidarse del mundo con la compañía del otro, que en ese instante no había nadie que pudiera hacerlos volver a la realidad.
—¿Volveras?
—No puedo prometer eso, tommy.
Acaricio su mejilla, viendo la suavidad en la mirada del contrario. La hacía sentir que estaba en un lugar seguro, se sentía en casa.
— Lo entiendo, nea.—La miro.— Pero, esta noche me encargare de que, tú, quieras volver a verme, te lo prometo, preciosa.— Aseguro y volvió a tomar los labios de la joven diseñadora, formando otro beso igual de intenso que el primero.
— Espero puedas hacerlo, tom. Espero puedas lograr convencerme de volver aquí.— Sonrió ligeramente — En verdad quiero que puedas hacerlo, quiero que me hagas volver.. Eres importante para mi.
— Y tú para mi.
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- RAYUELA ( FRAGMENTO)
Y debo decirte que confió plenamente en la casualidad de haberte conocido. Que nunca intentaré olvidarte, y que si lo hiciera, no lo conseguiría. Y me encanta mirarte y que te hago mío con solo verte de lejos. Que adoro tus lunares y que tu pecho me parece el paraíso. Que no fuiste el amor de mi vida, ni de mis días, ni de mi momento. Pero que te quise, y que te quiero, aunque estemos destinados a no ser.
