Alatz I ||Larry Stylinson|| Omegaverse

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Nada estaba bien.

Harry estaba en la última clase de ese día, pero estaba de la mierda. Su cabeza dolía y daba vueltas. Tantos aromas mezclados tampoco ayudaban, tenía ganas de vomitar.

-Hazz... ¿Está todo en orden? -Niall preguntó.

Harry lo observó y asintió sonriendo.

Mentiroso.

Edward se hizo presente, sonando alterado y cansado. Harry no pudo evitar girar los ojos.
Su lobo era terco y gruñón, nada estaba bien para él, así que ellos no estaban de acuerdo en muchas cosas.

Sintió la bilis subir por su garganta y ya no pudo soportarlo. Ni siquiera guardó sus cosas, solo se levantó y corrió fuera de su salón.

-¡Styles! -escuchó los llamados de su profesor. Lo ignoró por completo.

Corrió por los pasillos y entró en el primer baño que encontró, se apresuró a entrar en uno de los cubículos y lanzó su mochila junto a él. Tres arcadas más tarde estaba vaciando su estómago. Al terminar descargo el agua y cerró la tapa del inodoro para sentarse en él y tirar su cabeza hacía atrás.

Debiste desayunar como te dije.

Dejame Edward, no es el momento.

-Carajo... -suspiró.

Los prontos exámenes finales no le ayudaban a dormir bien, ni siquiera a alimentarse de la forma correcta. Su lobo recordándole por hacerse daño.

Pasados unos minutos el ruido fuera del baño se intensificó, Harry supuso que la hora había terminado. Escuchó la puerta y posteriormente la voz de su amigo.

-Harry, ¿Estás aquí?

-Si. Aquí. -Harry suspiró y salió del cubículo.

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Después del primer incidente los malestares continuaron. Pasaban los días y nada mejoraba, su lobo dejó de comunicarse con él al segundo día. Fue a la enfermería de la universidad, la enfermera solo se encargó de mirarlo mal. Esa cara de «Que mierda estuviste consumiendo». Le dio unas cuantas pastillas y lo echó.

Harry no se tomó las pastillas, no confiaba en esa Beta. Así que simplemente hizo lo más maduro que se le ocurrió.

-Papi me siento mal. Muy mal. -el Alfa habló con voz mimada, recostó la cabeza en la almohada y sostuvo el celular contra su oreja libre-Además Edward ya no me habla, solo gruñe.

-Lobo terco. -habló su padre luego de chistar-¿Estás comiendo, cachorro?

-Si. Todo el tiempo de hecho. Fui a la enfermería y la enfermera me trató muy mal. -el Alfa hizo un puchero-No voy a tomar lo que me dio. -susurró, su cabeza aún dolía.

-Uhm. Ignórala, hablaré con tu madre para que solucione eso en su almuerzo, el mío acaba de terminar. Con respecto a lo otro... llamaré a un buen medico allí y te conseguiré un turno, bebé.

-Gracias, papi. -agradeció bajito el Alfa.

-Cariño, y si solo está tu celo cerca. ¿Has pensado en eso?

-No, papá. Mi celo... -Harry se quejó al darse cuenta y comenzó a sollozar.

-¿Cachorro? ¿Qué pasa?

-Papá, mi celo debería haber sido hace una semana.

-Mhm, está bien. -hubo un silencio antes de que la voz del Omega sonara otra vez, estaba enojado-Ahora si estoy realmente preocupado, esto no es solo una gripe. ¿Cómo puedes olvidar tu celo, Harry? -cuestionó. Harry casi podía ver su ceño fruncido. A través de la línea se oían papeles siendo revueltos-¿Sabes lo peligroso que eso puede ser?