No pisar las líneas de la calle, seguramente todos lo hemos hecho alguna vez en la vida, y ahora mismo, Eun-young lo hacía. Caminaba por la acera, dando pequeños pasos sobre las líneas, disfrutando de su trayecto hacia la escuela.
Mientras que muchos adolescentes se sentirían agotados de ir a clases tan temprano, Eun-young elegía darle una perspectiva más positiva a su día. Se levantaba con el mejor de los ánimos, su sonrisa suave adornaba su rostro mientras tarareaba una canción, sumida en sus pensamientos.
No se dio cuenta de lo perdida que estaba en su mente hasta que un golpe seco contra un poste la sacó de su ensueño. Para su mala suerte, ya había llegado a la escuela. Algunos compañeros de su curso y de otros años se detuvieron a mirarla con burla. Pero ella no les prestó atención, se levantó rápidamente y sacudió su falda, sin perder la compostura.
—Buena caída, Eun-young —se burló uno de sus compañeros.
Contuvo el impulso de responder con sarcasmo y le sonrió amablemente.
—¿Verdad que sí? —dijo con una sonrisa irónica antes de bufar y seguir caminando hacia la escuela con la cabeza en alto. No le gustaba ser vista como la "rara".
—¡Oye, tú!
La voz masculina cortó el aire y Eun-young no tuvo que pensarlo mucho para saber que le hablaban a ella. La mano en su hombro lo confirmó. Al volverse, vio a Heeseung y Jake, los chicos del equipo de fútbol, con expresiones preocupadas, tan fuera de lugar en ellos que le hizo levantar una ceja.
—¿Qué sucede? —preguntó Eun-young, desconcertada. No tenía nada en contra de ellos. A diferencia de los típicos chicos populares, Heeseung y Jake no eran los típicos "malos" de la escuela. Eran... diferentes.
Antes de que pudieran responder, algo cálido y pegajoso comenzó a deslizarse por su cabeza. Eun-young frunció el ceño y, sin pensarlo, se llevó la mano a la frente. Al mirarla, la sorpresa la paralizó. Era sangre. Su sangre.
—¡Por Dios! ¡Estás sangrando! —exclamó Heeseung, su tono alarmado lo hizo sentir aún más real—. Ve a la enfermería, rápido. Déjanos acompañarte.
Sin esperar respuesta, Heeseung tomó su muñeca y tiró de ella con suavidad, como si intentara evitar que se desmoronara en el mismo lugar. Eun-young, todavía en shock, no reaccionó de inmediato. ¿Quién podría? Cualquiera en su lugar estaría igual, con la cabeza dando vueltas y una sensación extraña recorriéndole todo el cuerpo.
[...]
—Ella está bien, chicos. No deberían preocuparse tanto por su amiga —comentó el enfermero escolar con una sonrisa, mientras guardaba sus herramientas tras haber desinfectado la herida de Eun-young.
—Ella... No es nuestra amiga —recalcó Jake, con una ligera incomodidad en su voz.
El enfermero hizo caso omiso de sus palabras, terminando su tarea con rapidez y dejando el lugar sin decir una palabra más. Los tres jóvenes quedaron en silencio.
—¿Por qué me ayudaron? —preguntó Eun-young, sin mirarlos, su voz suave pero llena de curiosidad.
—¿Quién más crees que te iba a ayudar? —respondió Jake, aunque inmediatamente se calló al sentir la mirada de Heeseung sobre él.
—Eh... No quiso decir eso —intervino Heeseung rápidamente—. Nosotros solo...
Pero Eun-young lo interrumpió con una sonrisa ligera, una que no solía mostrar con frecuencia.

ESTÁS LEYENDO
˚˖𓍢ִ໋🦢˚ 𝐋𝐞𝐭'𝐬 𝐃𝐚𝐧𝐜𝐞 ♬ | 𝐍𝐢-𝐤𝐢 ✔
Fanfiction𝐍𝐊 || Choi Eun-young es una apasionada de la música y el baile. Con el firme propósito de cumplir su sueño de convertirse en una gran bailarina, está dispuesta a dar su mayor esfuerzo, enfrentando todos los obstáculos que se crucen en su camino. E...