19

1.4K 145 25
                                    

—Eun-Young… —susurró una voz cerca de su oído.

La castaña, aún medio dormida, apenas reaccionó, acomodando su rostro entre los brazos y aferrándose a su pacífico sueño.

—¡¿Qué es esto?! ¡Es el profesor Spinster! —exclamó Jake, fingiendo horror con tono dramático.

Esa frase bastó para captar su atención. Eun-Young se sobresaltó, enderezándose rápidamente con el ceño fruncido y el cabello alborotado.

—¡Oye! ¿Por qué mientes? —protestó con tono adormilado, fulminándolo con la mirada.

Jake se encogió de hombros, divertido. —En fin, ¿vas a desayunar?

—No. —Respondió de inmediato, cruzándose de brazos y recostándose de nuevo sobre la mesa.

—¿No? —Jake arqueó una ceja y cruzó los brazos. —Anda, vamos.

Eun-Young frunció los labios, recordando las palabras de Ni-Ki: "No te saltes las comidas". Suspiró y se enderezó otra vez, esta vez de mejor humor.

—Está bien.

—¿Quieres leche de fresa? —preguntó el australiano mientras se levantaba, seguro de la respuesta.

Ella lo miró sorprendida y asintió, fascinada por su memoria. No lo había mencionado muchas veces, pero Jake parecía recordar cada detalle.

[...]

—¿Has vuelto a ver a Ni-Ki? —preguntó Jake, rompiendo el silencio mientras la observaba.

Eun-Young negó con un leve movimiento de cabeza mientras daba un sorbo a su bebida. Las intensas prácticas en la academia y los exámenes en la escuela le habían dejado poco tiempo para visitarlo.

—Planeo ir hoy.

—¿Puedo ir contigo? —inquirió Jake, usando un tono algo extraño que la hizo alzar una ceja.

—¿Quieres ver a Ni-Ki? —preguntó ella, divertida, mientras lo miraba con ternura.

—No, sólo quiero hacerte compañía. —Jake sonrió ampliamente, su expresión cálida y despreocupada.

Esa sonrisa desarmó a Eun-Young, quien sintió un calor familiar subiendo a sus mejillas. Para ella, Jake siempre había tenido ese aire de "golden retriever", y su debilidad por los perros hacía que fuera imposible no reaccionar.

—No sonrías así… —murmuró, desviando la mirada mientras jugueteaba con el borde de su vaso, intentando ocultar su vergüenza.

Jake arqueó una ceja, fingiendo sorpresa, aunque una sonrisa más amplia se dibujó en su rostro. Había notado su reacción. —¿Por qué no? —preguntó, divertido, inclinándose un poco hacia ella.

Eun-Young lo miró fugazmente, lista para responder, pero la campana resonó, salvándola en el momento justo.

—Ve a tu clase. —Le dio un leve empujón en el brazo, ocultando su alivio.

Jake suspiró teatralmente, frunciendo el ceño como si estuviera molesto. —Está bien, pero vendré por ti a la salida. Espérame aquí, iremos juntos a la casa de Ni-Ki.

Eun-Young asintió, sonriéndole cálidamente, su expresión ahora más tranquila. Jake le devolvió el gesto, agitó la mano para despedirse y salió del salón, dejando a la castaña con un pequeño nudo en el pecho que no lograba deshacer.

[...]

—¡Eunni! —la voz de Jake resonó en el salón mientras abría la puerta de golpe, sobresaltando a todos los presentes.

˚˖𓍢ִ໋🦢˚ 𝐋𝐞𝐭'𝐬 𝐃𝐚𝐧𝐜𝐞 ♬ | 𝐍𝐢-𝐤𝐢 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora