˚˖𓍢ִ໋🦢˚ 𝐋𝐞𝐭'𝐬 𝐃𝐚𝐧𝐜𝐞 ♬ | 𝐍𝐢-𝐤𝐢 ✔

25

Un nuevo día de la semana, martes para ser exactos. Todos los aprendices de Hallyes se encontraban en la sala de descanso, esperando con nerviosismo. El entrenador Ji-pyeong, con una expresión concentrada, conectaba un cable HDMI al televisor y a una computadora portátil.

-Entrenador, por favor, apúrese -pidió una chica de cabello negro, parte de la unidad de las Internacionales, con tono impaciente.

-No me apuren -respondió Ji-pyeong, con un leve tono de frustración, mientras abría el correo electrónico de la academia.

La tensión era palpable en el aire. Aunque el entrenador trataba de mantener la calma, sus movimientos rápidos y casi apresurados revelaban lo nervioso que estaba. La sala de descanso del edificio estaba llena de adolescentes que susurraban entre ellos, especulando sobre los resultados del equipo.

-¿Estás nerviosa? -preguntó Ni-ki a la chica a su lado, notando la inquietud en su rostro.

-Te mentiría si te dijera que no -respondió la castaña con una pequeña sonrisa, intentando ocultar su ansiedad-. Es irónico, ¿no? Tratando de calmar a los demás mientras yo estoy igual de nerviosa.

La chica no pudo evitar desviar la mirada hacia el televisor, sus manos jugando de manera ansiosa con los bordes de su camiseta. El japonés, atento a su comportamiento, tomó suavemente una de sus manos, intentando transmitirle algo de calma. La piel de la castaña estaba helada, a pesar de que el calefactor estaba encendido.

-Tienes las manos frías... -comentó Ni-ki, con voz suave, tratando de darle algo de calor.

-S-son los nervios -respondió rápidamente ella, retirando su mano de forma apresurada, avergonzada por el gesto.

Eun-young bajó la mirada, un pequeño sonrojo apareciendo en sus mejillas. Se sentía extraña, confundida por esa sensación que no había experimentado antes. ¿Qué era lo que sentía? Decidió no darle más vueltas al asunto por el momento. Lo más importante ahora eran los resultados de las preliminares.

-Chicos, presten atención a lo que verán a continuación -anunció el entrenador Ji-pyeong, rompiendo el silencio tenso que llenaba la sala. Todos se callaron de inmediato, mirando fijamente al televisor.

El hombre hizo clic en el correo correspondiente y se apartó ligeramente para poder leer el contenido en la pantalla, mientras el ambiente se cargaba aún más de expectativa.

«Esta es la compañía de danza de Japón.

Les anunciamos con gran placer que la unidad de baile de la Academia Hallyes ha superado con éxito la prueba eliminatoria.

Nos complace anunciarles que han clasificado para "Las Internacionales".

¡Felicitaciones a todos! Gracias por su atención. Los esperamos en el teatro del edificio de artes en Osaka, Japón, el 18 de julio (durante las vacaciones de verano).»

Al terminar de leer, un silencio absoluto llenó la sala. Todos los presentes parecían procesar la noticia, sus mentes aún asimilando lo que acababan de escuchar.

-¿Pasamos...? -musitó un miembro de la unidad, un chico de cabello teñido de rojo, claramente asombrado.

-¿Iremos a Japón? -preguntó la castaña, mirando rápidamente a Ni-ki, la ansiedad y la emoción en sus ojos.

El japonés la miró fijamente, una sonrisa se asomó a sus labios y sus ojos brillaron con un destello único. Regresaría a Japón, su hogar, y esa idea lo llenaba de una felicidad indescriptible.

-Iremos a Japón -afirmó con firmeza, dejando claro que la noticia era real.

Eun-young no pudo contener la alegría que la invadía. En un impulso, se lanzó hacia el rubio, cayendo ambos al suelo entre risas y gritos de felicidad. Los demás aprendices comenzaron a aplaudir, celebrando la victoria, mientras el entrenador, con una sonrisa llena de orgullo, aplaudía desde el frente.