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Eun-young frunció el ceño, algo desconcertada por la repentina aparición de sus compañeros. —¿Qué están haciendo aquí? —preguntó, sin poder disimular su curiosidad.

Los dos chicos se acercaron con una energía contagiosa, colocándose a cada lado de ella. Antes de que pudiera reaccionar, ya la habían tomado por los brazos con naturalidad.

—Pasábamos por aquí —empezó a explicar Heeseung, con una sonrisa amplia y despreocupada—. En realidad, estábamos en la plaza cuando Jake vio el enorme logo de la academia y recordó que venías aquí.

—Ya veo... —respondió ella, esbozando una sonrisa mientras trataba de seguirles el ritmo.

Sin previo aviso, los chicos comenzaron a arrastrarla hacia la senda peatonal.

—Espera, ¿qué hacen? —preguntó Eun-young, alarmada. ¿Por qué la llevaban hacia la calle de esa forma?

Mientras más se acercaban al borde de la acera, más crecía su inquietud. Apenas los conocía y, aunque parecían inofensivos, su mente no podía evitar imaginar escenarios absurdos. Quizá las series estadounidenses que había estado viendo últimamente le estaban afectando demasiado.

Pero para su alivio, los chicos se detuvieron justo en el cordón de la acera, esperando pacientemente a que el semáforo para autos cambiara a rojo.

—Pensamos que tendrías hambre después de tu práctica, así que compramos ramen instantáneo —anunció Jake, agitando una bolsa llena de paquetes de ramen mientras una sonrisita traviesa se dibujaba en su rostro—. ¡Vamos al escenario!

Eun-young parpadeó, sorprendida. Un leve sentimiento de culpa se apoderó de ella al darse cuenta de lo mal que había juzgado la situación. ¿Cómo podía haber dudado de ellos? Aunque su comportamiento era algo peculiar, no parecía haber malas intenciones. Al contrario, el gesto era más considerado de lo que esperaba.

—Gracias, chicos —dijo finalmente, sintiéndose un poco avergonzada mientras les seguía el paso.

Mientras cruzaban la calle, su estómago rugió de forma traicionera, arrancando una risa de Jake y Heeseung.

—¡Sabíamos que acertaríamos! —exclamó Heeseung, dándole una ligera palmada en la espalda.

Eun-young solo pudo reírse con ellos, dejando que la energía despreocupada de sus amigos disipara sus preocupaciones.

[...]

—¿Entras a las cuatro y sales a las siete? —preguntó Jake, cruzándose de brazos con una expresión que claramente reflejaba preocupación—. ¿No es demasiado? ¿Acaso no te cansas?

Eun-young se encogió de hombros. —Es mi primer día, así que no tengo mucho que decir al respecto. Tal vez me arrepienta más adelante, pero por ahora tengo una gran oportunidad aquí. Por muchas horas que me tome, seguiré practicando —añadió con una sonrisa, intentando tranquilizarlo, aunque no lo logró del todo.

—Solo no te sobreexijas —le aconsejó Heeseung, su tono suave y genuino.

Eun-young no pudo evitar sentirse agradecida por su preocupación. Era un sentimiento extraño, pero reconfortante. ¿Esto era lo que se sentía tener amigos de verdad?

˚˖𓍢ִ໋🦢˚ 𝐋𝐞𝐭'𝐬 𝐃𝐚𝐧𝐜𝐞 ♬ | 𝐍𝐢-𝐤𝐢 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora