Capítulo 27

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Rebecca:

El video comienza y él mira atentamente, sin hablar ni hacer alguna expresión, solo mira concentrado.

Hago una mueca cuando escucho lo que le dije para provocarla y noto que los gemelos ríen, los pateo por debajo de la mesa y se contienen. Claro está que cuando escucharon las amenazas con detalles la sonrisa fue borrada.

El video finaliza y la pantalla se pone negra.

Zack sigue mirándola, en shock.

Cómo para no, se enteró de todo.

Abre la boca varias veces, pero no salen palabras. Hasta que habla.

—No puedo creerlo.

—Lo sé —comienzo—. Cuesta creerlo.

—Tenías razón. Si me lo decías no te iba a creer.

—Y te iba a entender —me adelanto—. Porque si me hubieses dicho eso de mi familia, no te creería.

Se queda unos segundos en silencio, hasta que me mira.

—Entonces todo este tiempo te tuvo amenazada —asiento.

—Sabía que no me ibas a creer porque es tu madre, los chicos se enteraron porque me escucharon discutir con ella y ahora también los amenazó a ellos. Luego vinimos aquí y les conté todo, cuando les dije que no sabías nada me dijeron que capaz al ser tres y no solo yo, me ibas a creer —no responde, por lo que sigo.

—Pero yo quería tener pruebas; porque no puedes retener a un sospechoso en la comisaría sin tener pruebas contundentes de que realmente él lo pudo haber hecho o lo hizo, es abogacía básica.

Los gemelos ríen suavemente y sonrío un poco en medio de todo. Zack sigue serio.

—Por esto me decías que espere.

—Sí, para poder tener pruebas.

—Ella discutió con tu madre —comienza James —, pero no teníamos el dispositivo para poder registrarlo, entonces tuvimos que hackear su sistema de seguridad para poder obtener los videos y que los puedas ver.

Jason me mira divertido.

—Eso no fue muy legal de tu parte.

Sonrío suavemente y me encojo de hombros.

—Bueno, todo es legal si nadie lo ve.

Ambos ríen.

—Señoras y señores, la abogada.

Vemos a Zack que sigue en shock.

—No puedo creerlo, de verdad. Los amenazó a los tres —me mira—. Te mantuvo amenazada todo este tiempo, por eso me decías que no podíamos estar juntos, no que no querías.

—Como hace tres años y medio quería, pero no podía.

Vuelve a ver hacia la pantalla en negro, como si reprodujera una y otra vez el video en su mente, sin terminar de caer.

—Creo que es mejor que se vayan.

Los tres nos levantamos, pero Zack toma mi mano.

—Tú no. Quédate.

Los Jota se van luego de besar mi mejilla y yo miro a Zack. Cierro la notebook y lo levanto de la silla para arrastrarlo a su cama, lo acuesto y me coloco a su lado. No duda en apoyar su cabeza en mi pecho y abrazarme.


Acaricio su cabello, esperando a que hable, porque sé que va a hacerlo.

Luego de un rato, lo hace.

Dime que te veré luegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora