Capítulo 15

2.1K 224 34
                                    

8 de junio, 2017

Sigo anotando las preguntas y la defensa en mi cuaderno, escucho que alguien se sienta en la silla frente a mí. Cuando levanto la cabeza, no me sorprendo al ver a Zack, pero me tenso.

—Te traje café.

—¿No tienes trabajo? —pregunto sin tomar la taza.

—Reunión de padres y directores.

Asiento, ignorándolo.

—¿Pasó algo? —no lo miro.

—¿Por qué?

—Porque antes también me ignorabas, pero no tanto. Aceptabas lo que te traía y me hablabas no tan... fría.

—No pasó nada, solo que no quiero que te me acerques.

—Algo más pasó.

—¿Puedes dejar de molestarme? —digo viéndolo, noto como mis palabras le dolieron un poco, pero debo hacerlo por más que a mí también me duela hacerlo.

—Yo...

—Deja de intentar que volvamos, no va a pasar —tomo mis cosas—. Acéptalo de una vez por todas.

Doy media vuelta y con una pequeña presión en el pecho, avanzo alejándome de él.



9 de junio, 2017

Me alejo de la escuela luego de reunirme con una profesora que quiere que la ayude con su divorcio, pero como no sé de eso, le recomendé a una colega.

—Rebecca —me llaman y reconozco la voz, cierro los ojos con fuerza y sigo caminando.

Toma mi brazo con sutileza y se coloca frente a mí.

—Hola —dice sonriendo.

—¿Qué quieres? —odio hablarle así.

—Hablar.

—No puedo, estoy ocupada —sigo mi camino, pasando por su lado.

—¿Qué pasó? —dice siguiéndome—. ¿Qué cambió?

—Lo que cambió es que no siento nada más por ti.

—Mientes.

—No, Zack, no miento.

—Sí, mientes.

—¿Y cómo sabes que miento? —digo dándome la vuelta, molesta.

—Porque te conozco.

—Ya no.

—No has cambiado mucho.

—Créeme que sí.

Me subo al auto y lo pongo en marcha.

—Si no te alejas, espera una orden de restricción en tu buzón.

Me mira incrédulo, viendo que no mentí. Comienzo a conducir, no volviendo a donde me hospedo, si no a la ciudad, a mi casa.



16 de junio, 2017

—¿Estás segura que es la mejor alternativa? —me pregunta Jackson.

—Eso creo.

—¿Y si tiene razón y puede ayudarte?

—No lo creo —digo comiendo del tazón de pochoclos sentada en el sofá.

—Pero no lo sabes.

—Tampoco si lo empeoraría, que es la más factible.

No responde, pensando.

Dime que te veré luegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora