Capítulo 39

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Maratón 3/6



Rebecca:

Luego de hablar con Adam, quedamos con que solo queda averiguar, buscar pruebas y culparla.

Sabemos que tiene negocios sucios y corruptos, por lo que lo único que queda es demandarla cuando tengamos las pruebas, además de seguir protegiendo a mi familia.

A la vuelta manejé yo con el auto de Jackson ya que esté estaba cansado y se durmió en el viaje de vuelta.

Lo que llama mi atención es Zack. Por lo que, cuando llegamos a la ciudad y todos se suben a sus autos para irse, detengo a Zack para hablar.

—¿Estás bien? —le pregunto tomando su brazo, haciendo que me mire.

—¿Por qué?

—Porque estuviste distraído y decaído hoy, cuando por la mañana no estabas así.

Por unos segundos no responde, sólo me mira triste...

—Nunca le importé, sólo quería que tú sufras lo mismo que ella, no poder estar con la persona que amas, no le importó que esa persona haya sido yo, nunca le importó.

Veo sus ojos lagrimosos y lo atraigo a mí para abrazarlo con fuerza.

Se aferra a mi cuerpo y entierra su rostro en la curvatura de mi cuello, humedeciendo mi piel con algunas lágrimas y me duele verlo así.

—¿Quieres quedarte conmigo esta noche? —asiente y tomo su mano para llevarlo dentro de mi casa.

Me siento en el sofá y él a mi lado, volteo a verlo.

—¿Quieres hablar o solo estar?

Sus ojos están en el suelo, perdidos, pero sé que me escucha.

—Es mi madre, Rebecca —me mira—, mi madre.

—Lo sé.

—¿Por qué me hace esto? ¿Qué le hice para que me haga esto?

—No hiciste nada, cariño, tú no —me acerco a él—, nadie hizo nada. Quizás en algún momento entre en razón o...

—No —niega con la cabeza—, está decidida, la conozco, no se va a echar para atrás hasta que acabemos con sus negocios.

—Zack —tomo su rostro y hago que me mire de vuelta—. No hiciste nada malo. Fuiste un asombroso hijo, no tienes la culpa de nada.

—Todos estos años... pensando que me amaba...

—¿Qué te hace pensar que no lo hace? Quizás lo hace de una manera... un poco extraña.

Sonríe levemente, pero es una sonrisa vacía.

—Uno no lastima a propósito a los que ama, no los daña sabiendo que eso les hace mal, eso no es amor. Cuando uno ama a alguien hace todo por verle feliz, no lo lastima conscientemente. Y ella sabía que me dañaba con eso e igual seguía y sigue haciéndolo.

Una lágrima desciende por su mejilla, haciendo que mi pecho de presione por no saber qué decirle para hacerlo sentir mejor.

—No... no sé qué decirte, Zack, de verdad quiero hacerte sentir mejor, pero no sé... no sé cómo.

Me trabo con las palabras y él me sonríe.

—Me haces sentir mejor estando a mi lado, con eso tengo suficiente.

Me quedo mirándolo y asiento para traerlo hacia mí hasta quedar acostados sobre el sofá con él encima de mí. En silencio. Sólo en compañía del otro. Sabiendo que estamos para ambos.

Dime que te veré luegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora