Capítulo 37

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Maratón 1/6



15 de septiembre, 2017

Rebecca:

Corto la llamada y vuelvo a la sala con los demás. Estamos en la casa de los Jota, están ambos, Jackson y... Zack, el cual no me deja respirar.

Pero no porque me siga o no se me despegue, sino porque dice o hace cosas que me cortan la respiración y deba alejarme para poder respirar.

—¿Todo bien, muñeca? —me pregunta Jackson y asiento.

—Sí, solo me aseguraba de algunas cosas.

—¿De? —pregunta ahora James a la vez que voy a la cocina por algo de beber.

—De...

Estoy por responder, pero Zack aparece detrás de mí, siento su fragancia.

—¿Qué haces? —pregunto en un susurro cuando siento su pecho muy cerca de mi espalda, no volteo.

—Busco un vaso.

Su brazo se estira a un lado de mi cabeza, para abrir el gabinete donde están los vasos, pero no es eso lo que me pone nerviosa, sino que su otra mano va a mi cintura y aprieta el agarre acelerando mi corazón.

Me quedo inmóvil, toma un vaso y lo deja en la encimera, pero no se quita de donde está y su mano tampoco se mueve.

—¿Qué haces ahí? —susurro.

—No es mi culpa que estés en medio de la encimera —su voz roza mi oreja y veo como su mano va a la botella para destaparla con una mano y servir el agua muy lentamente en el vaso.

Veo como el agua cae y salpica un poco fuera, más su mano en mi cintura, su respiración irregular en mi oído y el calor de su cuerpo contra el mío, hace que cierre mis puños con fuerza y deba abrir los labios para respirar.

—¿Vas a quedarte ahí? —pregunto cuando terminó, pero no se mueve.

—Puede ser...

Control... un poco de autocontrol...

Carraspeo mi garganta y salgo de ahí, lo veo de reojo antes de irme y tiene una estúpida sonrisa, sabe lo que causa en mí, pero también sé que no soy la única que sufre con eso.

Cuando vuelvo, Jason hace sus comentarios.

—¿Por qué estás roja? —lo miro de mala manera y Jackson se adelanta.

—Muñeca —lo miro—, ¿No nos estabas diciendo algo?

Asiento y me siento en el sofá al lado de él.

—Sí, estaba verificando que todo esté bien asegurado en donde se están quedando mis padres.

—¿Cómo? —veo que Zack llega y se sienta frente a mí.

—Hice que instalen un sistema de seguridad reforzado. Ventanas, puertas, todo cerrado, solo mi padre, mi tío o yo podemos desbloquearlo. Cámaras por todos lados, alarmas, vigilancia exterior, todo.

—Me parece bien —le sonrío a Jack.

—Ellos lo creyeron exagerado, pero no lo sé...

—Claro que no, muñeca, está perfecto.

—Cualquier cosa que suceda, te van a avisar ¿No? —miro a Zack y asiento.

—Cualquier movimiento extraño, se me notifica.

Dime que te veré luegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora