Capítulo 44

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25 de septiembre, 2017

Zack:

Los doctores dijeron que quizás en dos o tres días puedan despertar a Rebecca.

Pero las buenas noticias se van con el viento cuando Javier llama a los Jota, alterado.

Todos estamos en la casa de Jackson.

—Papá —le dice Jason—. Cálmate, respira y dinos que sucede.

—Quieren llevárselo. A Joshua, se lo quieren llevar.

—¿De qué hablas? —pregunto alterado—. ¿Abrieron la puerta? ¿Alguien entró?

—No, carajo, no, nadie entró, nos llamaron de Servicios Infantiles.

Nadie dice nada, todo queda en silencio procesando las palabras de Javier.

Servicios Infantiles...

No puede ser.

—No se los pueden quitar —comienza Lauren—. No tienen pruebas ni nada para sacárselos, no nos alteremos. Tengo una conocida, vieja amiga mía que trabaja allí.

—¿De verdad? —le pregunta James y ella asiente.

—Amigas de la secundaria. La única amiga que tenía —dice de manera irónica.

—¿Puedes llamarla?

—Claro que sí —le responde a Javier.

—¿Se lo pueden llevar ahora? —pregunta Madison.

—Sí —responde Liam—. Lo mantienen con ellos por seguridad, hasta probar que fue un error.

Maldigo reiteradas veces.

Jason tapa el micrófono del celular y me mira serio.

—¿Hay posibilidades que Ellen lo atrape cuando los de Servicios Infantiles se lo lleven?

—Con todo lo que está pasando. Sí, las hay.

—¡Carajo! —James golpea la mesa con fuerza, furioso.

—James, cálmate —le dice Lauren volviendo de hablar por teléfono—. Logré hacer algo.

—Voy a quererte aún más si me dices que lo lograste —ella se sonroja por las palabras de su novio y asiente.

—Hablé con Marissa y me dijo que puede encargarse de él, no puede hacer que no se lo lleven ya que es el protocolo, pero puede cuidarlo ella y no dejar que nadie se acerque a él.

—¿Le dijiste algo? —le pregunto.

—Muy general, sólo que puede que personas malas traten de lastimarlo, que también nos intentan lastimar a nosotros y estamos tratando de solucionarlo. Dijo que se fía de mí por todo lo que pasamos en la secundaria y va a hacerlo.

—Gracias —le digo sinceramente.

—No fue nada, lo hice porque quise, Joshua no se burla cuando lloro por algo.

—Eres igual de sensible que su madre —agrega divertida Madison.

—¿Crees que no debamos hacer nada para que lo suelten? —le pregunto a Jackson.

—Podría llamar a unas personas que Rebecca conoce, pero no sé si haga falta en esta ocasión ya que no hay nada que puedan tener en contra de los padres de ella para que se lo quiten.

—Además, Marissa se va a encargar que nadie le haga daño, va a tenerlo hasta que se lo vuelvan a entregar a sus padres, es una mujer de palabra.

Dime que te veré luegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora