Rebecca:
Luego de unos cuarenta minutos más o menos, logré convencer al abuelo de que me dé mi celular.
—Si te veo en esas páginas porno, te lo quito.
—¡Abuelo! No es para eso.
—Y bueno, estuviste varios días dormida, tu cuerpo puede pedirte acción.
—Ni lo pienses, no me gusta mirar porno.
—¡Osea que lo viste! ¡Puerca!
Lo miro indignada.
—Sólo una vez.
—Mentirosa.
—¡Bueno! Tres, pero no me gustaron, no me calienta.
Él ríe mientras yo tengo la cara roja.
—Eso es porque no visitaste las páginas correctas —abro los ojos con sorpresa—. Recuerdo que había una, mi favorita, te la voy a pasar.
—¡Ni se te ocurra! —vuelve a reír, haciéndome sonreír.
—Eres una guarra, viste porno.
—¡Acabas de recomendarme una página! El guarro eres tú.
—Pero yo estoy viejo y en la menopausia.
—Eres hombre, abuelo, no tienes menopausia.
—No se me para, es lo mismo.
—¡Ya! Basta, ni sé por qué seguimos hablando de esto.
—Tú iniciaste. Pidiéndome el celular para ver porno como una puerca.
—Bastardo —siseo haciendo que de una carcajada.
Sonrío mientras veo los mensajes. Los dos hombres que me golpearon están bajo arresto, gracias a la ayuda de mi colega.
Un par de cosas más... nada importante.
Mierda. Clausuraron el restaurante, pero...
¿Servicios Infantiles? ¿Qué mierda?
¿Pero qué pasó?
—Abuelo —le digo en un tono que hace que su sonrisa desaparezca—. ¿Qué pasó mientras estaba inconsciente? La verdad quiero.
Este me mira, entre nervioso y preocupado. Mala señal.
—Mira, Ariel, te diría todo, pero mi nieto me pidió que no lo hiciera hasta que él vuelva.
—Él no está y quiero la verdad.
—Ariel...
—No me hagas llamarte por tu nombre, Klein.
—No te atreverías.
—Rétame.
Nos miramos fijo, entrecierra sus arrugados ojos y yo le hago lo mismo. Termina bufando.
—¡Bien!
Cuando va a largar todo, mi celular suena.
—Salvado por la campana —susurra el abuelo.
Estoy por sonreír, pero se me borra cuando escucho el mensaje de voz.
—Supongo que si estás escuchando esto es porque despertaste, qué lástima —la voz frívola de Ellen llena mis oídos—. Esos dos no hicieron bien su trabajo, bueno, un poco —ríe cínicamente y aprieto el celular en mi mano—. Seguramente te enteraste de la trágica noticia del restaurante, una pena —hija de puta—. O quizás que Hunter salió de prisión, listo para atacarte por mandarlo ahí. O lo de Servicios Infantiles, que pueden quedarse con tu pequeño Joshua —el corazón me late a mil por hora y el abuelo lo nota por el monitor, pero lo ignoro—. Lo que seguramente aún no sepas, es lo de Ellie —siento que el aire no entra a mis pulmones cuando mi respiración se agita, me duele respirar—, sabía que esa niña era demasiado buena... demasiado ingenua —sigue hablando, pero intento levantarme, quiero ver que esté bien—. Tan ingenua que le abrió la puerta a un extraño, sería una pena que le pasase algo porque ¡Uy! Ese hombre no es tan bueno como parece ¿No?
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Dime que te veré luego
Ficção Adolescente"Eran amantes eternos, buscarse y encontrarse una y otra vez era su karma". Isabel Allende #1 amorpeligroso 19/08/2023 Es una historia mía que salió de mi mente, no copien y crean ideas nuevas y originales, por favor. Portada hecha por mi.