Capítulo 43

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Zack:

Conduzco a la casa de Jackson, donde todos nos vamos a encontrar.

No sé si preguntarle, pero quedé con la duda.

—Si no quieres responder, lo voy a entender —comienzo viendo de reojo a Jackson que sonríe de lado.

—Sabía que no ibas a tardar tanto —suspira y se acomoda en el asiento—. Esto pasó hace... unos cinco, casi seis años. Tenía un mejor amigo, era como mi hermano; pero se metió en un lío por conseguir dinero y ayudar a su familia, a escondidas de mí, claro, ya que no lo hubiese dejado y yo se lo hubiese dado.

Cómo habla y se expresa, me hace sonreír por el parecido a Rebecca que tiene.

—Pero no me dijo y me enteré cuando era tarde. No le pago a esas personas y lo golpearon hasta la muerte.

—Lo lamento mucho, Jackson —ignora lo que dije y sigue.

—Estuvo toda mi vida conmigo, cuando lo vi en esa camilla sentía que perdía medio mundo. Cuando me dejaron entrar, hablé con él sin que me respondiera ya que estaba en un coma, horas después, su corazón no resistió las heridas y murió.

—Tiempo después conocí a Rebecca. Lo admito, me gustó de entrada, solo pensaba en follarla y listo.

—Esa parte puedes omitirla —digo con una mueca que lo hace reír.

—Espera. Luego que estuvimos juntos, nos seguimos encontrando ya que se hizo amiga de Madison. No sé por qué, pero, aunque yo estaba negado a hacer nuevos amigos, ella apareció y me trasmitió una confianza que no había sentido con nadie antes.

—¿Confianza?

—Sí. ¿Creíste que iba a decir que estaba enamorado o esas cosas cursis? —asiento, pensando que iba a decir eso, ríe y niega—. No, solo fue atracción sexual la que tuvimos, nada más. Luego nos fuimos conociendo de a poco, ya que ambos éramos medios cerrados y creo que eso fue lo que nos unió más.

—El ser parecidos.

—Sí. Una noche terminamos en su casa, bebiendo y riendo como nunca antes. Terminamos contándonos todo del otro, todo.

—Y se volvieron inseparables.

—No tan así —dice con una sonrisa—. Sin que yo lo pida, terminó ayudándome a cerrar lo de mi mejor amigo, encarceló a esos hombres que lo golpearon y pude tener mi cierre. Y sin planearlo yo la ayudé con todo lo que me había contado, tratando de encontrar una solución a futuro. Nos ayudamos y apoyamos cuando recaíamos con cosas que pasaban y nos hacían poner mal, cuando recaíamos en el pasado. Nunca se lo pedí, lo hizo porque quería y ella nunca me lo pidió, lo hacía porque quería. Eso, nos unió.

—Entonces no se ven como nada más.

—No, Zack. Sé que te pone celoso que yo sepa sus contraseñas, que tenga la llave de su casa y porque paso tiempo con ella, lo noté. Pero no es por lo que crees, la veo como una hermana, mi mejor amiga por la que daría la vida ¿Nunca tuviste alguien así?

—Me recuerda a los Jota.

—Bueno, lo mismo, pero yo con Rebecca.

Asiento, internamente mucho más tranquilo ya que nunca había terminado de desconfiar de sus intenciones.

Pero, ahora que todo está hablado, quiero decirle otra cosa.

—Creo que a Rebecca le hubiese gustado que entres, superes tu miedo y estés a su lado.

No responde. Y yo no vuelvo a hablar.


En la casa de Jackson vemos el video, bueno, no lo vemos ya que nadie quiere ver cómo golpean a Rebecca, pero sí escuchamos cuando nombran a Ellen dos veces.

Dime que te veré luegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora