Dulce Madrid.

IV

Luca

Tome un avión a Madrid hace un mes, después de que el latente recuerdo de Alissa no me dejase en paz, no tenía ni idea de que la vería aquí, pero algo en mi me dijo que la encontraría justo en Madrid sin buscarla siquiera. 

Verla ese día en mi oficina fue una locura, no podía creer que ella en serio estuviese ahí y ni decir lo fascinante que fue verla entrar en personaje, me causaba un poco de gracia la rubia, no soy de buscar a nadie, pero ella me llamaba bastante la atención. 

—Buenos día Sr. Luca, la modelo de la señorita Malena esta afuera esperando poder hablar con usted —¡Gracias Dios! Sabía que Alissa iba a regresar, era totalmente imposible que declinará la oferta de trabajar para Slock's.

—Puedes decirle que pase —le anuncié a Luisa. 

Ella abrió la puerta de mi oficina con timidez y de inmediato pensé en lo diferente que es cuando esta en su papel de modelo. 

—Buenos días Luca —se sentó en la silla frente a mi escritorio y yo le sonreí con burla. 

—¡Oh por Dios! Mira a quien tenemos aquí —me burlé. 

—Lo pensé mejor y me pareció una buena propuesta —respondió con una falsa frialdad que me dio aun más risa. 

—Vale ¿Tienes tú portafolio listo? 

—Oh, yo no lo he traído, pensé que había sido suficiente con la entrevista de Malé. 

—Si, fue suficiente. Sin embargo el portafolio es un requisito, te estaré esperando mañana con eso. 

—¿No empezaré hoy? —preguntó sorprendida y yo negué con burla.  

—Quizás mañana, con portafolio en mano —me gustaba hacerla enojar, era bastante fácil. 

—¿Por qué demonios no me dijiste eso el día de la entrevista? —inquirió con un tono molesto. 

—Porque no aceptaste mi oferta y yo pensé que no regresarías —mentí— relájate un poco, mañana reviso tu portafolio y te estaré dando respuesta. 

—¿Me estas jodiendo? 

—Para nada bonita —realmente la estaba jodiendo, era obvio que tenía el trabajo mas que ganado. 

—Ok, sei un grande stronzo —Por Dios, nunca la había escuchado hablar italiano. 

—Penso che intendesse, capo bello e sexy —cuando me fui a estudiar cine en Francia aprendí tan rápido el idioma que el italiano luego se me dio casi natural, aunque lo detestaba.

—Y encima hablas italiano ¡vaya mierda! —me burlé aun más y encendí un cigarrillo. 

— Oh por Dios, te veías mucho mas lindo antes de encender eso.

— ¿Te parecí lindo? —quiero incomodarla. 

—Para nada —miente y me burlo— deja de burlarte de mi.

—Puedo burlarme todo lo que quiera —una pequeña sonrisa se cruzo por sus labios.

—Pero no de mi —murmuró— deberías dejar de fumar.

—Si me besas dejo de fumar —solté y ella me miró expectante.

—Tienes cara de falsas promesas — susurró y salió de mi oficina de inmediato, y si de algo tengo seguridad en este momento es de que esta chica me joderá bastante.