Epilogo.

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5 años después 

Octubre había llegado junto con un maravilloso otoño. Las hojas bañaban las calles del hermoso color naranja. En Londres el clima era excelente, me fascinaba quizás tanto como había amado el delicioso clima de Madrid. 

Esta semana había recibido la invitación de la boda de Ian y Savannah. Estaba bastante feliz por ellos, Malena me había contado lo mucho que les había costado llegar hasta allí, ambos tuvieron que sanar primero. 

Malena y Nate aun no se decidían, eran bastante dañinos a decir verdad. En los ultimos años habían terminado y vuelto unas 20 veces. Pero esa era su extraña forma de quererse. 

Ella había publicado su libro el año pasado y le había ido tan bien que ya estaba a punto de publicar el siguiente. 

Alejandro y Samantha estaban esperando su segunda bebé, la pequeña Alejandra ya tenía cuatro añitos. Y habían venido a visitarme varías veces, era una niña extremadamente dulce y atenta. La amaba un montón. 

En Julio todos me visitaron por mi graduación, terminé de estudiar moda en la universidad de las artes aquí en Londres. Todos a excepción de Luca. 

No sabía mucho de el, solo que se seguía haciéndose cargo de Slock's y aun era un soltero muy codiciado. Yo no había vuelto a Madrid desde entonces y el jamás intento buscarme. 

—Amor, ¿Cuándo nos toca volar a Madrid? —preguntó con ternura mi prometido en su perfecto ingles británico. 

—Mañana —respondí. 

—¿Puedes adelantarte? Debo entregar unos planos mañana, pero prometo que llegaré antes de la boda. 

—Esta bien cariño, te amo. 

Damon Wayne era perfecto, amable, cariñoso, escuchaba y me amaba por sobre todas las cosas. Lo conocí hace dos años, en una fiesta que había organizado mi universidad. Ambos estábamos tan alcoholizados que nunca entendimos como llegamos a su casa. Me desperté la mañana siguiente enrollada en las sabanas de un completo desconocido del que no pude volver a separarme. 

Su vida había estado llena de excesos, drogas, alcohol, chicas y chicos, había sido un total desastre. Pero cuando lo conocí no había nada de eso, todo lo que se de él es porque me ha contado su vida como si de un diario se tratase. Damon Wayne era un jodido Dios griego y estaba a meses de ser mi esposo. 

—¿No será extraño para ti ver a Luca? —inquirió mientras robaba de mi helado.

—Supongo que sí —me encogí de hombros— Pero estaré bien, ya lo perdoné hace bastante tiempo —confesé.

—Esta bien. Pero por favor no vayas a abandonarme para irte con tu guapo y millonario ex Luca Slock —suplicó con dramatismo.

—¡Estás loco! —exclamé entre risas.

—La verdad yo no te puedo asegurar que sigas siendo mi prometida si ese hombre me gusta más que tú —ruedo los ojos.

—No tienes remedio Damon Wayne —hablé con burla.

—Tú eres mi bendito remedio —Nuestros labios se encontraron.

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Dulce Madrid.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora