XIII

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—También quiero aprovechar el momento para anunciar la nueva galería de Slock C.A —Las pantallas se encendieron y dejaron al descubierto las fotos que Malena me había tomado en Kapital, la miré atónita— Malena Lombardi es la nueva estrella de Madrid, sus fotografías son excepcionales y su dupla perfecta es Alissa Martinelli, un aplauso— concluyó. Y la terraza se llenó de aplausos y halagos.

—Me pidieron que preparará la galería y esas fotos sin duda alguna son de las mejores que he tomado —me habló Lena. Alejandro intentó sonreírme pero se veía bastante tenso. 

—Iré a buscar a mi madre —se levantó rápidamente y Nate fue tras el. 

—Yo iré a saludar a los directores, es buen momento para hacer contactos —mencionó Malena. Me quedé sola en la mesa observando las fotos que se trasmitían por las pantallas. Que genuina se veía esa Alissa. Note que Ian caminaba directo hacía mi, comiéndome con la mirada.

—¿Puedo admirarla de cerca? —Preguntó con esa cínica sonrisa, sus ojos recorrieron mi vestido. 

—La Diosa Alissa se quedó en Madrid —le respondí.

—Yo la veo frente a mi —tomó asiento— ¿No quieres que nos perdamos un rato? —el gris de sus ojos se veía tan intenso y la sonrisa socarrona no abandonaba su rostro. 

—Por ahora quiero disfrutar la velada, pero te estaré informando —le respondí sonriente. 

—Entonces la seguiré admirando de lejos —tomó mi mano y dejó un beso en ella. Todos sus tatuajes se encontraban escondidos y parecía otro Ian— No et perdis el meu Deessa —susurró contra mis nudillos y se retiró.  Me tome todo el trago que había dejado Alejandro de un solo trago e intente dejar los nervios que me estaban matando atrás, me dispuse a dar una vuelta por la terraza. 

—¿Eres Alissa? —Me preguntó una sonriente Samantha, fruncí el ceño y ella lo notó— Soy Savannah —confirmó mis sospechas— Me encantó tu trabajo en esas fotos. 

—Oh, pensé que eras Samantha —sonreí con vergüenza, eran idénticas o al menos yo no lograba encontrar diferencia —Gracias, no eran planeadas y sin duda no es mi mejor trabajo —confesé. 

—Pero transmite mucho —contestó— y eso lo hace especial.

—Gracias, me alegra que le guste. 

—Me recuerdas a un amigo ¿Eres familia de Alessandro? 

—Es mi hermano —reconocí.

—¡Que mono! Amo sus fiestas, son una pasada —Lo sabía, yo siempre tenía que arreglar todo después de que dejase la casa hecha un desastre. 

—Si —sonreí forzada. 

—Fue un gusto conocerte Alissa, nos vemos luego —se despidió. 

—¡Alissa Martinelli! —me llamó la otra gemela— Que increíble tu trabajo, de verdad estoy esperando trabajar contigo para la galería de Francia — yo no tenía ni idea de que debía trabajar con ella pero sonreí.

—Gracias, para mi será un placer —fui sincera, vi a lo lejos como Alejandro se acercaba a nosotras junto con su madre. 

—Hola Sam —recitó Alejandro. 

—¡Hola Ale! —Exclamó—  ¡Diana! ¿Cómo están?  

—Extrañándote mi niña, que guapa estás —contestó la madre de Alejandro y sentí que estaba de más.

—Mamá ella es Alissa, Alissa mi madre —nos presentó Alejandro. 

—Ya quería conocerte, Ale me dijo que te pareces un montón a Alejandra —musito con dulzura y un deje de nostalgia. 

Dulce Madrid.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora