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Volvimos a la cabaña al anochecer, luego de pasar por un pequeño restaurante. Mañana debía regresar a Madrid y no sabía aunque pasaría.

—Iré a Madrid contigo —me habló acariciando  mi coronilla. .

—¿De verdad? —inquirí emocionada y el asintió. 

—Debo ver a los chicos —murmuró— ¿Cuando es tu cumpleaños? —preguntó.

— 22 de agosto —respondí, faltaba solo un mes. 

—Mi cumpleaños fue el mes pasado —se encogió de hombros. 

—¿Cuando? —pregunté curiosa, no se como no me entere. 

—El día de la inauguración de Barcelona —se encogió de hombros— Todo saben que lo odio. Incluso mi madre lo respeta. 

—Oh —lo mire con sorpresa. 

—A mi me gusta bastante —confesé. 

—A Alejandra también solía gustarle —murmuró. 

—Ya —respondí pensativa— ¿Qué día es hoy? —pregunté. 

—21 de julio —soltó un suspiró y no entendí el porque. Tuvimos una que otra conversación banales hasta quedarnos dormidos. 

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—¿Qué tal te fue? —Preguntó Malena. Al bajar del avión volvimos de inmediato a Slock. Solo faltaba una semana para presentar la galería y estaba bastante emocionada. 

—Estuvo bien supongo, no hablamos —me encogí de hombros— pero fue lindo estar con el. 

—Sabes que deben hablar —mencionó. 

—¿Cómo va todo con Nate? 

—Bien. Aunque peleamos bastante, ya sabes ninguno de los dos tiene el temperamento fácil.

—Me alegra y lo se, pero espero que siempre se sientas cómodos y terminen cediendo.

—También espero lo mismo. Hoy le pasé a Lucía la galería completa, aun no he recibido respuestas pero estoy segura de que ha sido nuestro mejor trabajo. 

—Debe estar encantada —rodé los ojos. 

—Esa mujer es una perra —dijo— pero la amo —me burle. 

—Tiene bolas —asentí. 

—Iremos hoy al teatro a ver a Ella —mencionó—, está demasiado loca y emocionada.  Así que no podemos dejarla sola, ya sabes como es. 

Dulce Madrid.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora