El origen olvidado de la magia{finalizado}

CAPITULO 35: "Los 8"

-¿Quién es él que está huyendo ahora? –Blaise dio un pequeño salto antes de voltearse para verlo.

-¿Harry?

-¿Quién más? –Blaise gruñó en frustración.

-Realmente, realmente, no soy físicamente capaz de seguir pensando en los planes de Malfoy así q-…

-No vine por eso. Creí que teníamos una conversación que terminar –Blaise lo miró sorprendido.

-Claro… Si esta vez si te animas a hablar.

-Cállate Zabini yo soy el Gryffindor aquí. –Los dos sonrieron un poco. Blaise quiso que hablara rápidamente antes de que el castillo se derrumbara o pasara algo como siempre, al parecer Harry pensó lo mismo porque dijo.

-Sabes qué, vamos a la sala de requerimientos allí podremos hablar sin que pase algo inesperado.

Lo tomó de la mano y antes de que pudiera reaccionar corrió. Blaise miró la mano del otro agarrándolo con un nudo creciendo en su estomago. No quería hacerse ningún tipo de ilusiones. Siempre era lo mejor esperar lo peor, así si pasaba algo bueno lo disfrutaba y si pasaba algo malo ya lo veía venir y estaba preparado. Pero ver como esa mano se enlazaba con la suya de manera tan perfecta lo afectaba, intentó tragar pero parecía que su garganta estaba cerrada, de todas maneras no tenía nada que tragar, tenía la boca seca.

Harry pensó en qué decir mientras corría hacia el séptimo piso, las cosas que habían pasado eran estresantes para todos, era como si no le dejaran tener una vida más allá de ese destino para el cual se le había trazado. No quería ser pesimista pero sentía que el final se acercaba, poco a poco, con cada día, cada mes, cada año y cada evento inexplicable y peligroso a su alrededor. Había pasado de no ser nadie a ser un salvador pero jamás había sido él, no había podido ser solo Harry. Siempre había algo que planear, algo en lo que pensar, algo de lo cual preocuparse pero él no había tenido mucho que arriesgar, no al inicio al menos. Ahora tenía mucho que arriesgar y mucho que querer, se dio cuenta que el egoísmo por el que había actuado antes era temor. No quería temer, quería disfrutar, quería poder amar porque aún si siempre sonaba estúpido eso era lo que lo ayudaba a avanzar y enfrentarse a Voldemort. Él lo quería y no había razón por la cual ponerle condiciones a eso, ya era suficiente.

Llegó, pasó delante de la pared 3 rápidas veces y una puerta apareció. Cuando entró no pudo evitar soltar una risa entre nerviosa y exasperada ante la apariencia del cuarto. Había querido un lugar en el cual hablar con Blaise decirle todo, confesarlo todo pero no esperaba que la réplica de una sala de terapia psicológica que había visto en la televisión apareciese, con el sillón en el cual echarse y la silla al lado entre otras cosas.

Botó la silla a un lado y se sentó con Blaise en el sofá antes de tranquilizarse y respirar. Cuando lo vio parecía pálido.

-Blaise… ¿Estás bien?

-Sí, todo genial. Harry… ¿Por qué me jalaste hasta aquí?

-Para hablar.

…

…

…

-...puedes empezar a hacerlo. –Harry se levantó y empezó a caminar, Blaise lo observó temeroso de que Harry se fuera corriendo como lo hizo con Cho.