CAPITULO 5: EL TROL Y LOS 3 GRYFFINDORS

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Aang empezó a llorar, estaba desesperado. Sabía que acababa de tragar algo pero su inconsciente lo llamó para defenderse de ese dolor y sus tatuajes empezaron a brillar. La enfermera miró con asombro como el niño empezaba a levitar mientras tatuajes brillaban con una luz celeste cegadora y de repente la poción empezó a funcionar. Aang cayó poco a poco a la cama antes de estar totalmente dormido. El niño durmió sin soñar nada, olvidando todo nuevamente para defenderse de ese dolor y aún con la poción lloró toda la noche.

Al día siguiente despertó con dolor de cabeza, su hermano se encontraba sentado en una silla a su lado.

-¿Soka?

-… No. Soy Blaise

-¡Blaise! Lo siento ¿Qué me pasó?

Notó que su hermano realmente parecía no tener la menor idea de los eventos de ayer.

-Según escuché volaste con tu varita que se convirtió en algo extraño, reías y de repente te callaste y empezaste a caer, estabas inconsciente así que te trajeron aquí.

En ese momento entro Madame Pomfrey y pidió hablar con Blaise que lo acompaño a su oficina. Una vez allí puso un hechizo para que no se pudiera escuchar nada de lo que se decía allí y le contó lo que había visto en la noche y su preocupación por la psicosis de Aang.

-…Ya veo. Así que pasó de nuevo.

-¿De nuevo? ¿Esto ya pasó? –Blaise bajo la cabeza con tristeza en sus ojos pensando a toda velocidad.

-Él… A veces cuando pasaban cosas impactantes para él empezaba a brillar, siempre perdía la conciencia. La última vez vio a mi madre siendo brutalmente atacada por su esposo sucedió lo mismo pero… fue muy fuerte y perdió la memoria –Dijo mientras lágrimas corrían por su rostro -¡Es… algo que no le pude decir al profesor Dumbledore! El director piensa que mi hermano puede ser un peligro… pero las flechas... esas flechas son imposibles de quitar. Son runas creadas en Japón de hace más de 2000 años, no sé porque se las ponen a algunos niños que parecen tener potencial, pero t-todos… ellos… m-mueren jóvenes. –Empezó a sollozar más fuerte –Cuando mi madre se enteró de que su padre le había puesto eso lo mató pero ya era tarde… ella, e-ella… ¡Quiere que mi hermano tenga la vida más normal y feliz posible antes de que las runas lo maten! –Empezó a llorar sin consuelo – ¡Por favor Madame Pomfrey! ¡No se lo diga al director! Si él se entera tratara de estudiarlo. Sé que sería para tratar de ayudarlo pero eso destruiría el único deseo de mi madre. Ella ya tiene a muchos contactos en Japón. ¡Personas que enceraron a niños como Aang solo para estudiarlos y ver si resistían las runas! Si ellos se enteran… ¡se llevaran a Aang también! Y si lo estudian aquí Aang sospechará y cuando se entere será demasiado para él. ¡ÉL MORIRÁ! ¡No se lo diga! Por favor, por favor, por favor, por fav… -Siguió suplicando mientras lloraba. Madame Pomfrey lo abrazó y tranquilizó no le diría nada a Dumbledore por el bien de esa familia.

Más tarde Blaise terminó de lavarse la cara y se sintió un poco culpable al verse al espejo. Había hecho lo necesario, si, el fin justificaba los medios. No podía permitir que Dumbledore se metiera más con su hermano si lo que el sombrero decía era verdad. Tenía que tener cuidado nadie debía saber nada. Agradeció haber heredado al menos parte del poder de convicción de su madre y su capacidad de actuación, lo habían ayudado mucho. Recordó lo último que le dijo a Madame Pomfrey y su charla con su hermano.

Flashback:

-Gracias Madame Pomfrey.

El origen olvidado de la magia{finalizado}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora