CAPITULO 37: "La verdad"

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El disgusto en la cara del profesor era obvio pero la impotencia también lo era así que con un último suspiro de frustración dio media vuelta y se fue, sabía que la conversación había terminado pero no esperaría el permiso del director. No estaba de humor así que simplemente se fue a paso rápido pensando en todo lo dicho.

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-No quiero más secretos.

-Lo siento.

-Blaise… sé que tienes tus motivos y sé que… al final puedo confiar en ti pero… no me gusta que me oculten cosas. Todos en el mundo mágico lo hacen, no seas uno más de ellos.

Blaise recordó que nunca le había dicho de Aang a Harry, tal vez podría haberlo supuesto uniendo puntos… pero él nunca se lo había dicho, era otro secreto. Se merecía una maldición imperdonable por esto pero no podía hacer nada, Harry no tenía que saberlo, no podía cuando al parecer había una conexión entre la mente del chico y la de Voldemort. Preguntarle si quería clases de occlumencia en ese momento no parecía una buena idea, muy sospechoso.

-Está bien. No más secretos, lo que suceda de ahora en adelante te lo diré. –O eso esperaba Blaise.

Ron y Hermione habían estado en silencio todo ese tiempo, finalmente Harry sonrió y los dos se relajaron. Ron se había disculpado con Blaise mucho antes de que Harry llegara de su reunión con Dumbledore, en realidad si quería aprender un elemento si era posible.

-Bien. Entonces tengo que contarles sobre mi sesión con Dumbledore, lo que vimos del recuerdo de Sluggorn.

Fue algo que sorprendió a todos, sería necesario leer más de eso en la biblioteca, sería necesario saber más… las cosas se complicaban. Las siguientes semanas serían más difíciles.

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-¡El año se ha acabado Aang! ¡Matará a mi familia!

-Tranquilízate Draco. Sé que lo lograras.

-No lo entiendes. ¡No quiero ni puedo hacerlo! –Draco se derrumbó al suelo abrazándose a sí mismo. Nunca se había mostrado tan débil como lo hacía ahora delante de Aang, confiaba culpablemente en él –Tengo miedo…

Aang lo vio y un dolor creció en su pecho. No quería ver así a Draco, verlo sufriendo le causaba rabia y pena al mismo tiempo. Rabia contra aquel que le hacía esto y pena por ser impotente, no poder hacer nada ante ese dolor.

Se acuclilló a la altura del rubio y puso sus manos en las mejillas del rubio.

-Draco…

-Debes irte.

-No lo haré.

-No lo entiendo… ¡¿Por qué sigues aquí?! ¡Soy un peligro, todos tus amigos te lo han dicho y tú hermano también! ¡¿Qué sigues haciendo aquí?! ¡¿Qué hace que no te vayas?! ¡¿Qué debo hacer para que te vayas?!

Draco había empezado a agitarlo por los hombros con lágrimas en los ojos mientras se derrumbaba desesperado y Aang no pudo retener la verdad más.

-¡Porque me gustas! –Draco se detuvo –Porque soy incapaz de dejarte cuando veo que tú tienes bondad dentro tuyo. Porque veo que esto no es lo que quieres y entiendo tu ideal. Entiendo lo que me dijiste en el tren y pienso que es lo acertado. Porque he aprendido a querer todo en ti incluido tu orgullo y tus debilidades. Porque ya no puedo negar más, que después de todos estos años y al verte en este estado, te quiero y no podría dejar de hacerlo aun si está totalmente mal, he incluso sé que esto puede ser amor aunque tema decirlo.

El origen olvidado de la magia{finalizado}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora