Capítulo 6

2K 221 8
                                    

Qué te parece, Lisa? Sé que es un poco pequeño y antiguo el lugar, pero cuando esté arreglado se verá más cálido y familiar, puedes decorarlo como tú desees.
    
La suave voz de su jefa interrumpió sus pensamientos mientras Lisa miraba el exterior a través de la polvorienta ventana del apartamento.

Era un pueblo pequeño, pero seguía pareciéndole muy ruidoso, en comparación con la tranquilidad de su hogar a la que estaba muy acostumbrada.

Vio a un grupo de personas delante del gran local, bebiendo cervezas y fumando esperando iniciar algún problema.

Una moto pasó haciendo mucho ruido y echando humo y Lisa se estremeció.

Tendría que ella y su hermanita totalmente acostumbrarse a aquello ahora...

–El lugar es... estupendo, Nayeon, muchas Gracias jefa –le contestó, intentando hablar con entusiasmo.

El licor que se había tomado un rato antes le había provocado dolor de cabeza y no podía sacarse el rostro, la linda sonrrisa y la sensual figura del cuerpo de Jennie Kim de la cabeza.

Ni tampoco el recuerdo de cómo se había sentido cuando la hermosa chica la había agarrado por la muñeca.

Se había sentido vulnerable, protegida e indefensa a la vez pero sobre todo frustrada.

Y mientras que una parte de ella odiaba la ola de placer que había sentido cuando Jennie la había tocado, otra parte había sentido deseo. Se obligó a sonreír pero no por ese motivo.

–Estupendo totalmente, me encanta–repitió Lisa.

–Bueno, si estás segura –le dijo su jefa Nayeon–. Puedes mudarte cuando quieras Lisa, estoy muy feliz de ayudarte a tí y a tu hermana.

Lisa asintió como uno de esos viejos perros de juguetes que su abuelo había llevado siempre en el coche, y eso le hizo recordar que su abuelo siempre había visto la vida de manera positiva. Intentó hacer lo mismo.

–¡Estoy deseándolo! Es un bonito apartamento fantástico. En cuanto le dé una mano de pintura y traiga un par de plantas, no lo reconocerás.

–La verdad es que le vendría bien un lavado de cara –admitió Nayeon–. Lo que no sé es dónde va a dormir tu hermana cuando venga.

Lisa ya había pensado en eso.
–Ah, Rosé se adapta a todo. Compraré un sofá-cama.

–Buena idea –admitió Nayeon–. Por cierto, que el alquiler es muy barato.

Le dio una cifra que a Lisa le pareció excesivamente baja.

–No puedes cobrarme eso –protestó Lisa.

–Claro que sí –le dijo su jefa–. Eres una chica trabajadora, Lisa, y los salones de té tienen éxito gracias a tu carisma, y a todo lo que haces y también sin duda a lo que preparas, las recetas de tu padre son asombrosas.

Impulsivamente, Lisa se acercó a darle un abrazo a la mujer que le había dado trabajo y un pequeño pero lindo lugar en la que refugiarse con su hermana mientras esperaba a que llegase su querida madrastra a arruinarle el día otra vez.

Con dieciocho años había pasado de trabajar los sábados y durante las vacaciones a trabajar a tiempo completo.

Había empezado como camarera, hasta que Nayeon había descubierto su talento para la repostería y le había pedido que se ocupase de los pasteles.

Para una chica sin estudios, que tenía que ocuparse de su hermana, había sido una gran oportunidad.

Lisa se apartó de la ventana y sonrió.

–Bueno, será mejor que vuelva al trabajo, si no queremos que los clientes se quejen. Y eso no lo podemos permitir.

–¡No! –dijo Nayeon riendo mientras ambas bajaban por las escaleras.

Contenta por haber tomado la única decisión positiva que podía tomar en esos momentos,

Lisa se puso su uniforme rosa y unos zapatos cómodos, pero mientras se arreglaba el cabello y alineaba correctamente su flequillo frente al espejo y se dio cuenta de que le brillaban los ojos y tenía las mejillas sonrosadas.

Estaba muy diferente.
Agitada.
Un poco salvaje.

Y la causa no era solo que sus circunstancias hubiesen cambiados, sino el despertar del deseo de su cuerpo. Y sabía muy bien quién era la responsable.

Aquella sin duda fué una tarde de mucho trabajo, pero Lisa estuvo acompañada por su amiga Mina, a la que conocía de toda la vida, y agradeció estar ocupada porque así no tuvo tiempo para pensar en su futuro.

Justo antes de cerrar, el último cliente acababa de irse y Mina se había marchado para empezar a limpiar cuando la campana de la puerta anunció que acababa de entrar alguien más.

Lisa contuvo un suspiro y levantó la vista de la repisa de los pasteles para encontrarse delante con.....

........................................................................
Gracias por leer lindas personitas✨

Falso Honor (Adaptación Jenlisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora