¿YABOSEYO?

SECUELA

El viento golpeando mi cara. El frío agarrotando mis músculos. El velocímetro alcanzando los 200 km\h. Podía escuchar los latidos de mi propio corazón, podía sentir las lágrimas cayendo de mis ojos y perdiéndose rápidamente entre el viento, la adrenalina corriendo por mis venas. La carretera ya se había terminado, sabía perfectamente hacia donde me dirigía. ¿Este era mi final?

Apreté instintivamente los frenos de la moto, tan bruscamente que la rueda trasera se levantó del suelo. Aproximadamente 3 metros quedaron entre mi moto y el precipicio. No pude hacerlo, no fui capaz. Puede que ella no fuera la única cobarde, al fin y al cabo.

Bajé de la moto sin molestarme en aguantarla. Un ruido seco sonó en cuanto se cayó al suelo, era la segunda vez en menos de una hora que se caía, pero no me importaba. Por primera vez en mi vida lo que le pasara a mi moto me importaba una mierda.

Me acerqué al borde del precipicio e inspiré todo lo que mis pulmones me permitieron para luego soltarlo en un grito desgarrador, aumentado por el eco del lugar. Mis rodillas se doblaron y apoyé mis manos en la hierba. Apenas podía enfocar la vista a causa de las lágrimas que no dejaban de caer. Me tumbé boca arriba y seguí llorando, estoy segura de que mi llanto podía escucharse a varios metros de distancia, pero no importaba, no había nadie allí aparte de mí.

Una melodía sonó en el silencio de la noche ahogando mis sollozos. Era una melodía de un teléfono móvil, pero no era la mía... ¿O quizá...? ¡Sí! Era mi melodía, pero... no la que tenía en ese momento, de hecho, esa canción aún no había salido a la luz cuando eso estaba ocurriendo...

Me desperté sobresaltada. Un sueño, sólo había sido un sueño. Ese sueño de nuevo, o más bien, ese recuerdo, el recuerdo de lo que pasó la noche en la que descubrí que se iba a casar. ¿Por qué ahora? ¿Por qué me atormentaba después de tanto tiempo? Desde que volví a Seúl había soñado lo mismo casi todas las noches. ¿Era la ciudad la que me recordaba a ella? Al fin y al cabo, había huido de allí para alejarme, para dejar atrás el dolor que me consumía por dentro.

La melodía seguía soñando a pesar de que el sueño ya se había terminado. Ahora lo entendí, no lo había soñado, realmente estaba soñando, pero... ¿Por qué? Siempre lo dejaba en silencio y justo hoy que me había olvidado por culpa de... Miré a mi lado. Lo mejor era contestar antes de que se despertara.

¿Yaboseyo?