¿Q-Qué hago...? ¿Dónde...? Mil preguntas daban vueltas en mi cabeza, la cual también daba vueltas, pero ninguna de ellas se materializaba a través de mis palabras. Lo único que podía hacer era mirarla con los ojos como platos mientras balbuceaba cosas sin sentido.
Anoche bebiste demasiado y te traje a un hotel. Si lo que te preocupa es por qué estás en ropa interior, simplemente te di una ducha fría para que revivieras. Eso es todo Lo había dicho tan rápido que mi cerebro aún estaba procesándolo. ¿Hotel? ¿Una ducha? ¿Revivirme? La cabeza me daba cada vez más vueltas. Sí, sin duda tenía razón, había bebido demasiado. Al final sólo una pregunta salió de mi boca.
¿Por qué no me llevaste a mi casa? Dije con las manos cubriendo mi cara y los ojos cerrados con fuerza para intentar aliviar el dolor, inútilmente.
No recordaba tu dirección Otra rápida respuesta. La miré por entre los huecos de mis dedos y por primera vez apartó sus ojos de mí y se dio la vuelta. ¿Era mi impresión o se había sonrojado? Tienes ahí el desayuno y unas pastillas para el dolor de cabeza Señaló la mesa. Podía oler las tostadas desde aquí. Mi estómago hizo ruido, como si estuviera pidiendo poder saborearlas. No tengo ropa que prestarte así que tendrás que usar lo que llevabas ayer Señaló de nuevo, esta vez a la silla, de donde colgaba mi vestido Cuando termines ve a recepción, te espero allí Y dicho esto salió por la puerta sin volver a mirarme.
Me quedé allí, con las mismas dudas que antes, o incluso más, pero no tardé mucho en reaccionar cuando volví a oír a mi estómago protestar. Crucé mis brazos sobre él y me di cuenta de por qué Olivia había evitado mirarme... La sábana estaba a la altura de mi cintura y lo único que evitaba que estuviera completamente desnuda era mi sujetador de encaje.
Cerré los ojos con fuerza. Sentía como si dos manos gigantes me estuvieran apretando el cráneo... Por no mencionar las náuseas, que mezcladas con el hambre creaban una sensación un tanto extraña...
Cinco minutos más tarde estaba en el baño vomitando la tostada que acababa de comer. Un consejo: nunca comas nada cuando tengas el estómago revuelto, aunque estes muriendo de hambre.
No fue difícil encontrarla, como siempre su melena negra azabache destacaba entre los demás. Al acercarme levantó la mirada, o eso creo porque llevaba gafas de sol y me era imposible ver sus ojos. Estaba sentada en un sofá leyendo el periódico. ¿Estás lista? Yo asentí. Se levantó y se dirigió a la salida sin decir nada más. Un taxi estaba esperando fuera.
Pero... No tengo dinero para un taxi
Lo sé, pero yo sí De nuevo, sin decir una palabra se metió en el taxi, y de nuevo la seguí. No parecía estar muy habladora esta mañana. ¿A dónde quieres ir? Me preguntó, haciendo una seña para que se lo dijera al conductor, y una vez lo hice se puso en marcha.
Miré por la ventanilla. Veía los edificios pasar, pero esa zona no me resultaba conocida. ¿Dónde estábamos? Miré a Olivia, quien también estaba mirando por la ventanilla justo al otro lado. La incomodidad se respiraba en el ambiente. Tragué saliva y volví a mirar el paisaje. Esta zona ya me resultaba familiar. Unos minutos después empecé a desesperarme, ese silencio me estaba matando.
Esto... Gracias Dije mirándola. Ella no se movió.
¿Por qué?
Por... ya sabes, cuidar de mi Hablaba en voz baja como si así el conductor no fuera a escucharnos, cosa imposible en un espacio tan reducido.
No es nada. No iba a dejarte tirada en cualquier lugar Sonreí. Después de todo aún se preocupaba por mí.
De repente la realidad me golpeó en toda la cara ¡MIERDA! Grité, asustando tanto a Olivia como al taxista.
¿Qué pasa? Preguntó con el ceño fruncido.
¡Mi hija! ¡Tengo que ir a buscarla! Y sin esperar una respuesta indiqué al conductor la nueva dirección a la que debía dirigirse.
¿Qué? Volvió a preguntar, cambiando el ligero enfado a causa del susto que le había dado por una expresión confusa.
Le prometí a mi esposo que iría a buscarlos. La dejamos con mis padres para poder ir al desfile
¿Utilizas a los abuelos para poder salir de fiesta? Dijo en tono burlón, con su típica sonrisita de medio lado. Yo simplemente puse los ojos en blanco y la ignoré.
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¿YABOSEYO?
Fiksi PenggemarLlegué a casa después de trabajar. Estaba muy cansada, últimamente tenía tanto trabajo que no podía evitar hacer horas extras casi todos los días, pero aún así hoy no podía dormir. Mis manos aún temblaban. Mi corazón aún latía con fuerza. Hoy la he...