Recuerdos tentadores I

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CAPÍTULO 2

Harry Potter

Verla así me destrozaba y me hacía sentir miserable, yo estaba vivo a un lado de ella, y a quien ella amaba había muerto, cuando merecía una segunda oportunidad de ser feliz a su lado, intentaba sostenerla pero lloraba desconsoladamente sobre los barrotes de plata que sostenían el cuerpo de su "esposo", a quien ella llamaba de esa manera, su cabello suelto, enmarañado y desordenado le llegaba casi a la cintura, iba toda de negro sin una gota de maquillaje, con la nariz irritada, su cara roja y los ojos confirmaban que no había parado de llorar desde la muerte de Snape.

Toda la gente la veía, unas con lastima, otras con curiosidad, asco, sorpresa, incredulidad, morbo, cada sentimiento distintos se reflejaba en cada rostro. Ron aún no llegaba con los padres de Hermione pero me había notificado en un patronus que ya les había dado la poción y que los estaba poniendo al tanto de los hechos. Ginny lloraba al ver a Hermione, y los más cercanos eran la familia Weasley con Neville y Luna.

Hermione levántate, —con dificultad la incorporé y su mirada se negaba a ver el cuerpo, una vez con la fuerza necesaria observó detenidamente a su pareja fallecida y se acercó a ella para quedar frente a frente.

Esto no tenía que haber pasado Severus, —acarició su rostro y empezó a conversar con él, todos nos alejamos para que pudiera tener privacidad.

Duró ahí un tiempo, unas veces hablaba con él, otras lloraba y otras más se perdía dentro de ella misma, esa actitud no me gustaba en lo absoluto.

¿Hermione? —la profesora McGonagall se le acercó tocándole el hombro—. Linda... comenzaremos en media hora ¿está bien? —Hermione la observó con odio, a ella, a cada una de las personas que estábamos ahí acompañándola, la profesora se retiró sin decir más.

Mi niña ven, necesitas comer algo, aunque sea una galleta, —Molly la acercó a una silla y ella accedió.

No tengo hambre, señora Weasley.

Solo un poquito, —pero ella se negó a la galleta, al café, al té y cualquier cosa que le ofrecían.

Su mirada recorrió cada persona que estaba cerca de ella, y cada grupo que conversaba mientras tomaban algo, el lugar estaba lleno, fue más gente de la que esperaba y no falto la maldita arpía de Rita Skeeter, mi amiga se levantó tomándose de las sillas con dificultad, estaba mareada, llevaba casi dos días sin probar bocado y las emociones estaban acabando con ella. Me acerqué a tomarla de la cintura y ayudarle a llegar a donde quería ir.

Quiero que se vayan —me dijo de pronto.

¿Quiénes? —le pregunté observando a todos, podía referirse a cualquiera, pero no entendía a quién en especial.

Todos, quiero que se vayan todos, ¡YA! —gritó al final con rabia.

Hermione, está a punto de comenzar todo...

No me interesa, yo no te pedí esto —me interrumpió tajantemente—. NADIE DE AQUÍ CREYÓ EN ÉL, NADIE, —me gritó llorando—, tú maldita víbora —apuntó a Rita y la expulsó fuera del lugar, corrió hasta ella apuntándole con la varita—, debería matarte como la cucaracha que eres.

¿Matarme? Claro... ¿desde cuándo empezaron tus impulsos asesinos, linda? ¿O sólo es que te gustan los hombres poderosos? Potter, Krum y Snape...

No estoy preparada para perderte Editando (Sevmione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora